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d) Los zelotas<br />
El grupo surge cuando el año 6 d. C., al asumir Roma el gobierno directo de Judea, ordena<br />
el censo para el cobro de impuestos. Es entonces cuando se subleva Judas el Galileo (Hch 5, 37)<br />
y arrastra tras de sí una gran multitud. Son considerados como el ala extrema de los fariseos.<br />
Flavio Josefo afirma de ellos que tenían un amor más inquebrantable a la libertad (que los<br />
fariseos) y no reconocían como rey y señor más que a Dios. Consideraban el tributo como un<br />
atentado contra el primer mandamiento. Ellos fueron los que iniciaron la rebelión contra Roma el<br />
66 d. C., lo que llevaría a la destrucción de Jerusalén. Flavio Josefo los distingue de los 'sicarios'<br />
y de otros grupos, aunque a última hora se unieron todos frente a Roma. Carece de fundamento la<br />
pretensión de algunos de presentar a Jesús como simpatizante de los zelotas; baste recordar su<br />
respuesta a propósito del tributo al César.<br />
e) Los samaritanos<br />
En el Evangelio repetidas veces se alude a la enemistad entre judíos y samaritanos; ¿de<br />
dónde procedía esa enemistad? Se apuntan diversos motivos, y lo más probable es que, en el<br />
fondo, esté el conjunto de todos ellos.<br />
Prescindiendo de la antigua división entre los dos reinos, los judíos rechazaron la<br />
colaboración de los samaritanos en la reconstrucción del Templo después del destierro, por no<br />
considerarlos descendientes de los patriarcas hebreos sino de los colonos medo-persas allí<br />
instalados con ocasión de las deportaciones; por este motivo muchas veces equiparaban a los<br />
samaritanos con los paganos.<br />
Otros hacen hincapié en el hecho de la construcción del templo en el Garizim bajo la<br />
dirección de Manasés, hijo del sumo sacerdote Yoyadá, expulsado de Judá por Nehemías, por<br />
haberse casado con la hija del gobernador persa Samballat (Ne 13, 28).<br />
Lo que sí es cierto es que la situación se hizo más tensa cuando Juan Hircano destruyó en<br />
129-128 el templo del Garizim y la ciudad de Siquem. En tiempos del rey Herodes el Grande se<br />
suavizaron las relaciones, al estar casado con una samaritana, siendo autorizados para acceder al<br />
atrio interior del Templo de Jerusalén. Pero perdieron ese derecho cuando, entre el 6-9 d. C., en<br />
una fiesta de Pascua, esparcieron durante la noche huesos humanos por todo el santuario. Esta<br />
profanación del Templo de Jerusalén hizo la hostilidad más aguda; y esa era la situación que vivió<br />
Jesús.<br />
Los libros del Pentateuco eran sus únicos libros sagrados. Muy apegados a la letra de la<br />
Ley; esto podía ser una señal del origen sacerdotal del cisma samaritano.<br />
f) Paganos vinculados con el judaísmo<br />
- Prosélitos. Eran los paganos convertidos al judaísmo con todas las consecuencias:<br />
sometiéndose a la circuncisión, al baño y a la ofrenda del sacrificio. Sin embargo no disfrutaban<br />
de todos los derechos; se les aplicaba el principio `el pagano no tiene padre'; es decir: no se puede<br />
probar quién fue su padre; de ahí, p. e., que una prosélita no podía casarse con un sacerdote;<br />
los hijos de los prosélitos anteriores a la conversión no tenían derecho a la herencia, aunque se<br />
hubieran convertido con su padre... En tiempos más tardíos, incluso se endurece el comportamiento<br />
con ellos; hacia el 300 d. C. se escribe: "Los prosélitos son para Israel tan malos como la<br />
lepra".<br />
- Temerosos de Dios. Sólo aceptaban la profesión de fe monoteísta y la observancia de<br />
algunas leyes ceremoniales; legalmente eran considerados como paganos.<br />
g) Judaísmo rabínico después del 70<br />
El año 70 d. C., con la destrucción del Templo y de Jerusalén, supuso para el mundo judío<br />
un cambio profundo. De hecho algunos de estos grupos a los que nos hemos referido<br />
desaparecieron: los esenios, liquidados por Vespasiano el año 68 al bajar de Galilea por el valle<br />
del Jordán para asediar Jerusalén; los saduceos, al desaparecer el Templo. Sólo los fariseos<br />
siguieron adelante. La mayoría de los rabinos fariseos habían desaconsejado la rebelión contra<br />
Roma.<br />
Rabí Johanán ben Zakkai (1-80 d. C.) logra escapar de Jerusalén para entregarse a los<br />
romanos y establecerse en Yamnia. Allí pone en marcha un Gran Consejo, que sustituye al<br />
Sanedrín, y funda una Academia, que se encargará, entre otras tareas, de fijar el canon judío de<br />
las Escrituras. Probablemente no hubo en Yamnia ningún concilio que haya condenado a los<br />
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