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7. COMUNIDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> PROFETAS, PROFETAS PROFESIONALES Y<br />
PROFETAS FALSOS<br />
Junto o frente a las auténticas figuras del profetismo hebreo nos encontramos en la Biblia<br />
con referencias a grupos o individuos llamados también profetas, pero sobre cuya autenticidad<br />
surgen fundadas dudas. Se trata de un mundo confuso y desconcertante sobre el que no es fácil<br />
aclararse.<br />
En tiempos de Samuel existen grupos de inspirados que fácilmente entran en trance<br />
ayudados por sus instrumentos músicos (l S 10, 5; 19, 20). Más tarde, en tiempos de Elías y<br />
Eliseo (2 R 2,3; etc.), particularmente en torno a este último, nos encontramos con diferentes<br />
comunidades de profetas, que propiamente reciben el nombre de `hijos de los profetas';<br />
podríamos considerarlos como grupos religiosos que se formaban en torno al auténtico profeta y<br />
secundaban su acción entre el pueblo.<br />
Parece ser que estos grupos proféticos se polarizaron más tarde en torno a la corte; se<br />
profesionalizaron y se convirtieron en profetas áulicos, degenerando en `profetas de paz', es decir,<br />
en profetas que sólo anunciaban lo que les gustaba a los reyes, convirtiéndose así en profetas<br />
falsos (Jr 23, 9-40; Mi 3, 5-7). Este es el motivo de que algunos profetas de los auténticos rehuyan<br />
el título de profeta: "Yo no soy profeta, ni hijo de profeta" (Am 7, 14). Este profetismo a "varios<br />
niveles' puede ser causa de confusionismo a la hora de leer ciertos pasajes de la Biblia; véase,<br />
por ejemplo, como muestra de esta oposición entre profetas auténticos y falsos el c. 22 de 1<br />
Reyes y el c. 28 de Jeremías.<br />
EL PROFETISMO EN LA HISTORIA <strong>DE</strong> LA SALVACION<br />
Si quitáramos de la Biblia los libros de los profetas nos quedaríamos con un AT manco,<br />
como el de los samaritanos o los saduceos. Los profetas significan la presencia de Dios en el<br />
pueblo de Israel a lo largo principalmente de los siglos de la monarquía para impedir la prevaricación<br />
total y para levantar los ánimos en los momentos de postración. ¿Tuvieron éxito en su misión<br />
de centinelas del pueblo de Dios? Sí, a pesar del fracaso aparente. No todo el pueblo cayó en la<br />
idolatría; de ello es testigo el `resto' fiel. No todo el pueblo cayó en la inmoralidad: son testigos de<br />
ello los `anawin' o `pobres de Yahvé'. Ni todo el pueblo cayó en el culto sin alma; son testigos los<br />
salmistas. Resto fiel, pobres de Yahvé y salmistas son el fruto maduro de los esfuerzos de los<br />
profetas. Salmistas, pobres y resto son el verdadero pueblo de Dios, el Israel cualitativo, el puente<br />
de paso de la antigua a la nueva alianza.<br />
ACTUALIDAD <strong>DE</strong>L MENSAJE PROFETICO<br />
- Sin duda que la palabra de los profetas sigue siendo válida para nosotros. Los profetas...<br />
declaran que aquello que Dios pide al hombre de todos los tiempos es, en esencia, la justicia<br />
(Amós), el amor (Oseas), la fe (Isaías), la humildad (Sofonías), la religión interior (Jeremías).<br />
- Y el profetismo sigue en pie. Los escritos del NT nos informan de la existencia de profetas<br />
en la primitiva Iglesia. En la unción bautismal con el santo Crisma se dice: "para que entréis a<br />
formar parte de su pueblo y seáis para siempre miembros de Cristo, sacerdote, profeta y rey". En<br />
el Vaticano II se escribe: "El pueblo santo de Dios participa también del don profético de Cristo...<br />
Además, el mismo Espíritu Santo... reparte entre los fieles gracias de todo género, incluso<br />
especiales... para la renovación y una más amplia edificación de la Iglesia, según aquellas<br />
palabras: `A cada uno se le otorga la manifestación del Espíritu para común utilidad' (1 Co 12, 7)"<br />
(LG 12). Don profético que también corresponde a los seglares: "Cristo... cumple su misión<br />
profética... no sólo a través de la jerarquía... sino también por medio de los laicos, a quienes, por<br />
ello, constituye en testigos y les ilumina con el sentido de la fe y la gracia de la palabra" (LG 35).<br />
LOS LIBROS PROFETICOS<br />
Hemos consignado más arriba por orden cronológico la actuación de los profetas<br />
`escritores'. Sin embargo, no es ese el orden en que aparecen en nuestras Biblias. En nuestras<br />
Biblias figuran en primer lugar los llamados `profetas mayores', así llamados por la mayor extensión<br />
de sus libros, y a continuación los `profetas menores', aunque algunos de ellos fueron<br />
cronológicamente los primeros en actuar.<br />
El orden en que nosotros los vamos a estudiar va a ser, sin embargo, el orden en que<br />
aparecen en la Biblia; prescindiendo de Daniel, con quien nos veremos en otro capítulo, y de<br />
Jonás, cuyo libro no es propiamente profético.<br />
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