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Donde el judaísmo normativo de línea farisaica tomó decisiones importantes para defender su<br />
identidad. Pocos libros del AT quedaron desde ese momento fluctuantes, pendientes aun de<br />
decisión.<br />
Criterio fundamental a la hora de incluir un libro en el canon fue el del reconocimiento de la<br />
autoridad divina del libro. A este criterio se han de añadir otros:<br />
• autor: de ahí tendencia a atribuir los libros a personas famosas: Moisés, David, Salomón...;<br />
• antigüedad: que pertenezcan a la época profética; de ahí que la Biblia hebrea no<br />
reconozca canonicidad a libros de los últimos siglos a.C.;<br />
• lengua: sólo los libros escritos en lengua hebrea.<br />
Naturalmente que existe una literatura judía mucho más amplia que la contenida en el<br />
canon; muchos de esos libros eran muy leídos; sin embargo no llegaron a formar parte de los<br />
libros canónicos.<br />
2) Según el canon alejandrino<br />
Prescindiendo del canon samaritano, que sólo reconoce el Pentateuco, hemos de destacar<br />
la importancia del canon alejandrino, es decir, el de la traducción de los 70: Este canon admite<br />
todos los libros del canon judío, pero añade algunos más: Judit, Tobías, Macabeos I y II,<br />
Sabiduría, Eclesiástico, Baruc y pasajes importantes de Ester y Daniel; algunos de ellos escritos<br />
en griego. Hay autores que suponen que estos libros también fueron considerados auténticos<br />
durante algún tiempo por los judíos, pero excluidos después por motivos `puritanos'. Sí parece<br />
cierto que gozaron de gran estima entre los judíos hasta entrada la era cristiana.<br />
A estos libros se les dará en el s. XVI (Sixto de Siena) el nombre de 'deuterocanónicos', por<br />
oposición a los del cánon hebreo: `protocanónicos'. La denominación no es considerada muy<br />
acertada, ya que parece suponer que hubiera dos cánones en la Iglesia.<br />
3) Según el canon cristiano<br />
El AT de los cristianos fue el canon alejandrino, no el hebreo; ya que hasta que no tradujo<br />
San Jerónimo la Biblia del hebreo al latín, la Biblia que se usaba en los círculos cristianos era la<br />
de los 70. San Jerónimo, al ponerse en contacto con el canon judío, rechazó los demás escritos<br />
como no canónicos; a lo que se opuso San Agustín, y así fue refrendado por el concilio de Hipona<br />
(a. 393). De hecho nunca son citados en el NT estos libros deuterocanónicos; sí comienzan a ser<br />
citados a partir de los Padres apostólicos, y sin hacer distinción entre unos libros u otros. No<br />
obstante, aún hubo quien lo discutió hasta el concilio de Trento; fue este concilio quien sancionó<br />
definitivamente su inclusión en el canon católico de la Biblia. Los protestantes admiten tan sólo los<br />
libros del canon judío.<br />
b. Libros del Nuevo Testamento<br />
Ya dentro del s. I surgió muy pronto una abundante literatura en torno a Jesús, que fue<br />
proliferando a lo largo de los siglos inmediatos. Frente a las infiltraciones gnósticas fue necesario<br />
hacer pronto una selección de los libros que la comunidad cristiana consideraba como válidos e<br />
inspirados. Para ello se impuso un doble criterio de selección:<br />
• origen apostólico del libro (es decir: que estuviera escrito por un apóstol, tomando este<br />
término en sentido amplio),<br />
• aceptación por parte de las comunidades apostólicas (es decir: de aquéllas que estuvieron<br />
en contacto con los apóstoles).<br />
Lo mismo que en el AT, también hubo aquí unos libros que, sin discusión, formaron parte de<br />
ese canon reconocido por todos, y otros que tuvieron sus problemas.<br />
Integran ese canon, reconocido por todos y que parece ya fijado en la segunda mitad del s.<br />
II en el fragmento de Muratori (se entiende por `fragmento de Muratori' el documento<br />
descubierto por este investigador italiano del s. XVIII, y que contiene la lista de los libros<br />
del NT admitidos en la Iglesia de Roma a finales del s. II.): las cartas de San Pablo (ya en la 2<br />
P 3, 15-16 se parangona a estas cartas con el resto de las Escrituras), los 4 Evangelios, los<br />
Hechos de los Apóstoles, las cartas primeras de Pedro y Juan.<br />
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