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Cuando nosotros oímos la palabra 'evangelio' enseguida se nos va la imaginación tras los<br />
evangelios escritos; sin embargo, no es eso lo principal, ya que hubiera podido suceder que los<br />
evangelios no hubieran sido escritos; lo principal es la persona de Jesús y la acción salvadora por<br />
él realizada en favor de la humanidad; esto es el 'evangelio', la 'buena noticia'.<br />
2. NUMERO <strong>DE</strong> EVANGELIOS<br />
El canon del NT tan sólo admitió cuatro evangelios (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) de entre<br />
los muchos que se escribieron. Si echamos un vistazo a estos cuatro evangelios nos damos<br />
cuenta de que forman dos bloques distintos: por un lado, Mateo, Marcos y Lucas, y por otro, Juan.<br />
¿Por qué esta división'? Porque los tres primeros ofrecen entre sí unas coincidencias que no<br />
tienen con el de Juan. Por razón de estas coincidencias se les llama 'sinópticos' (porque se les<br />
puede ver -leer- a la vez).<br />
Al margen quedan los llamados 'evangelios apócrifos' (apókryfos = oculto, de 'apo-kryptein'<br />
= ocultar, disimular, encubrir. Son posteriores a los canónicos y pretenden rellenar sus lagunas<br />
con narraciones fantásticas sobre la vida de Jesús, de María, de José, o bien tienen concepciones<br />
teológicas de carácter tendencioso, motivos por los que la Iglesia los rechazó. Son muy<br />
numerosos: Evangelio de los Hebreos, de los Egipcios, de los Ebionitas, de Pedro, de Matías, de<br />
Felipe, de Bartolomé, de Nicodemo, etc.<br />
3. EL GENERO LITERARIO `EVANGELIO'<br />
El característico género literario 'evangelio'; un género que desborda otros géneros literarios<br />
para convertirse él en género autónomo, tanto por razón de lo que se dice como de las<br />
intenciones con que se dice. En conclusión, podemos definir los evangelios como un género<br />
literario singular: un género 'histórico-kerigmático' en el sentido de que cuentan una historia no<br />
como si perteneciese sólo al pasado, sino una historia que habla al presente e invita a los lectores<br />
y a los oyentes actuales a insertarse en ella mediante la fe (W. S. Vorster). Los dos aspectos,<br />
histórico y kerigmático, están estrechamente ligados entre sí.<br />
Conviene que quede bien claro que los evangelios, aunque documentos históricos, no son,<br />
sin embargo, una `biografía de Jesús'. Claramente se ve que no es eso lo que pretenden: quedan<br />
muchos aspectos y períodos de su vida sin historiar, y los datos de su vida pública tampoco se<br />
nos ofrecen en un orden cronológico. Son ante todo testimonios de fe, el anuncio hecho por<br />
creyentes de una buena Noticia que ellos quieren comunicar a otros.<br />
Algún tiempo existió la preocupación de concordar los diversos relatos evangélicos para<br />
llegar a un relato integrado y único. El primer intento lo encontramos ya en el s.II (hacia 175) con<br />
el 'Diatessaron' (a través de los cuatro) de Taciano, que trata de armonizar los cuatro evangelios<br />
haciendo una biografía completa y ordenada de la vida de Jesús. En la primera mitad de nuestro<br />
siglo XX proliferaron las 'Vidas de Jesús'; posteriormente, sin embargo, se ha desistido de este<br />
empeño; se ha dejado a un lado esa preocupación concordista y se admite, sin más, que con los<br />
datos que nos ofrecen los evangelios no se puede pretender escribir una biografía de Jesús.<br />
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