11.05.2013 Views

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Juliette Benzoni<br />

—. Sin embargo, no creo haber cometido una falta tan gran<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>jándote. La guerra acababa <strong>de</strong> estallar… y no teníamos<br />

futuro.<br />

—¿Sigues estando convencida <strong>de</strong> eso? Podías haberte<br />

convertido en mi mujer, como te rogué, y haber hecho lo mismo<br />

que las <strong>de</strong>más esposas <strong>de</strong> soldados: esperar.<br />

—¿Tres años? ¿Tres largos años? Perdona, pero yo no sé<br />

esperar, nunca he sabido. Lo que quiero, lo que <strong>de</strong>seo, <strong>de</strong>bo<br />

tenerlo en el acto. Y tú estuviste mucho tiempo preso. No habría<br />

podido soportarlo.<br />

—¿Qué habrías hecho? ¿Me habrías engañado?<br />

Lejos <strong>de</strong> intentar <strong>de</strong>sviar la mirada, ella clavó sus ojos<br />

límpidos en él con aire pensativo.<br />

—No lo sé —respondió con una franqueza que provocó una<br />

mueca en su interlocutor.<br />

—¿Y tú afirmabas que me amabas? —dijo él con una<br />

amargura teñida <strong>de</strong> <strong>de</strong>sdén.<br />

—Claro que te amaba…, quizás incluso todavía siento por<br />

ti… algo —añadió con esa sonrisa a la que él era incapaz <strong>de</strong><br />

resistirse en la época <strong>de</strong> sus amores—. Pero la pasión se adapta<br />

mal a la vida cotidiana, sobre todo en tiempos <strong>de</strong> guerra.<br />

Aunque no lo creyeras, tenía que protegerme. Dinamarca está<br />

muy cerca <strong>de</strong> Alemania y yo seguía siendo para todos una<br />

extranjera, casi una enemiga. Pese a llevar una corona <strong>de</strong><br />

con<strong>de</strong>sa veneciana, no podía sino ser sospechosa.<br />

—No lo habrías sido si hubieras aceptado llevar una corona<br />

principesca. Nadie la toma con una Morosini sin exponerse a<br />

pillarse los <strong>de</strong>dos. Junto a mi madre no tenías nada que temer.<br />

—Ella no me quería. A<strong>de</strong>más, cuando dices que no tenía<br />

nada que temer, olvidas una cosa: que al volver <strong>de</strong> la guerra<br />

tuviste que ponerte a trabajar. Porque <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego no te has<br />

hecho anticuario <strong>de</strong> buen grado.<br />

—Más <strong>de</strong> lo que crees. Mi oficio me apasiona. Pero, si te he<br />

entendido bien, ¿intentas <strong>de</strong>cirme que, <strong>de</strong> haberte convertido en<br />

mi mujer, habrías tenido que temer la pobreza? ¿Es eso?<br />

—Sí, lo admito —dijo ella con esa franqueza sin matices que<br />

121

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!