11.05.2013 Views

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

La Estrella Azul<br />

—Es posible—susurró Anielka, ruborizada— que esté<br />

cometiendo otro atentado contra las reglas <strong>de</strong> la compostura.<br />

Sin embargo, hay momentos en los que uno <strong>de</strong>be expresar lo<br />

que anida en su corazón. Yo acabo <strong>de</strong> hacerlo. Y es cierto que lo<br />

amo.<br />

—Anielka —susurró Aldo, profundamente emocionado—,<br />

<strong>de</strong>searía tanto creerle…<br />

—¿Y por qué no va a creerme?<br />

—Pues…, por cómo empezaron nuestras relaciones. Por lo<br />

que vi en Wilanow. Por Ladislas.<br />

Ella hizo un gracioso a<strong>de</strong>mán con la mano que ahuyentaba<br />

ese recuerdo como si se tratara <strong>de</strong> una mosca inoportuna.<br />

—Ah, ¿él?… Creo que lo olvidé <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el momento en que<br />

lo conocí a usted. Como sabe, cuando uno es muy joven —<br />

prosiguió aquella anciana <strong>de</strong> diecinueve años—, busca la<br />

evasión a toda costa y casi siempre se equivoca. Eso me pasó a<br />

mí, y mi situación ahora es esta: lo amo y quisiera que usted me<br />

amara.<br />

Reprimiendo todavía las ganas <strong>de</strong> abrazarla, Aldo se acercó<br />

a la joven y tomó una <strong>de</strong> sus manos entre las suyas.<br />

—Recuer<strong>de</strong> lo que le dije en el Nord-Express. Amarla es lo<br />

más fácil, lo más natural <strong>de</strong>l mundo. ¿Qué hombre digno <strong>de</strong> tal<br />

nombre podría resistirse a su presencia?<br />

—Pues eso es lo que hizo cuando se negó a bajar conmigo<br />

en Berlín.<br />

—Quizá porque aún no estaba bastante loco —dijo Aldo<br />

con una sonrisa burlona, apartando el guante para posar sus<br />

labios sobre la sedosa piel <strong>de</strong> la muñeca.<br />

—¿Y ahora lo está?<br />

—En cualquier caso, mucho me temo que he empezado a<br />

per<strong>de</strong>r el juicio. Pero no me haga soñar en vano, Anielka. Usted<br />

está prometida, y ha aceptado ese compromiso.<br />

Con un gesto brusco, ella retiró la mano y se quitó el guante<br />

para hacer refulgir al sol el soberbio zafiro, <strong>de</strong> un azul aciano<br />

satinado y coronado <strong>de</strong> diamantes, que adornaba su <strong>de</strong>do<br />

anular.<br />

205

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!