11.05.2013 Views

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

La Estrella Azul<br />

continuación su mirada se <strong>de</strong>tuvo para no volver a moverse.<br />

Simon Aronov estaba ante él, y el personaje era capaz <strong>de</strong><br />

retener la atención más dispersa.<br />

Sin saber muy bien por qué, mientras seguía a Élie Amschel<br />

por las entrañas <strong>de</strong>l gueto, la imaginación <strong>de</strong> Morosini, siempre<br />

dispuesta a volar, había trazado una imagen pintoresca <strong>de</strong>l<br />

hombre que lo esperaba al término <strong>de</strong> su viaje: una especie <strong>de</strong><br />

Shylock con levita y sombrero alto <strong>de</strong> fieltro negro, un judío en<br />

la más pura tradición <strong>de</strong> los relatos medievales, habitante lógico<br />

<strong>de</strong> un sótano tenebroso. En lugar <strong>de</strong> eso se encontró con un<br />

igual, un caballero mo<strong>de</strong>rno que no habría <strong>de</strong>sentonado en<br />

ningún salón aristocrático.<br />

Tan alto como él pero quizás un poco más corpulento,<br />

Simon Aronov erguía una cabeza redonda, casi calva con<br />

excepción <strong>de</strong> una semicorona <strong>de</strong> cabellos grises, sobre una<br />

figura <strong>de</strong> elegancia severa, vestida con toda seguridad por un<br />

sastre inglés. Su rostro <strong>de</strong> piel bronceada, como es habitual en<br />

los que viven mucho en el exterior, estaba marcado por<br />

profundas arrugas, pero el brillo <strong>de</strong> su único ojo —el otro se<br />

ocultaba bajo un parche <strong>de</strong> piel negra—, <strong>de</strong> un azul intenso, a la<br />

larga <strong>de</strong>bía <strong>de</strong> resultar insoportable.<br />

Hasta que Aronov no se acercó a él apoyándose en un<br />

pesado bastón para compensar su pronunciada cojera, Morosini<br />

no se fijó en el zapato ortopédico que llevaba en el pie<br />

izquierdo, pero la mano que se tendía hacia él era hermosa.<br />

—Le estoy infinitamente agra<strong>de</strong>cido por haber aceptado<br />

venir aquí, príncipe Morosini —prosiguió la aterciopelada voz<br />

—, y espero que me perdone los trastornos que haya podido<br />

causarle el viaje en esta época <strong>de</strong> mal tiempo, así como las<br />

múltiples precauciones que me veo obligado a tomar. ¿Puedo<br />

ofrecerle algo reconfortante?<br />

—Gracias.<br />

—¿Un poco <strong>de</strong> café? Yo me paso el día bebiéndolo.<br />

Como si la palabra fuese una fórmula mágica, el sirviente<br />

reapareció llevando una ban<strong>de</strong>ja con una cafetera y dos tazas.<br />

Lo <strong>de</strong>jó todo junto a su señor y se marchó obe<strong>de</strong>ciendo a una<br />

94

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!