revista número 16 - ARTE, ARQUEOLOGÃA e HISTORIA
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Descripción de los Resultados.<br />
Fase I. Periodo romano altoimperial<br />
(siglos I – II d. C.)<br />
Esta primera fase queda definida por la presencia de<br />
abundante material cerámico adscribible a este periodo.<br />
Este material se localizó, tanto en las colmataciones de<br />
los distintos complejos funerarios como en la tierra vegetal<br />
que cubría el conjunto. También aparece material<br />
romano en el relleno de la unidad estratigráfica negativa<br />
343, que conforma una amplia zanja de orientación suroeste-nordeste.<br />
Esta unidad atraviesa la zona central del<br />
área excavada, siendo su relleno (u.e. 339) la base que<br />
cortan varias fosas de inhumación; por tanto se confirma<br />
estratigráficamente que este estrato es anterior al uso<br />
funerario de este espacio.<br />
Ambos elementos, el material arqueológico y ,<br />
quizá, la u.e. 343, podrían estar ligados a una entidad<br />
de población relacionada con el depósito de agua en<br />
opus caementicium que se localiza en el ángulo oeste<br />
del solar. Esta población podía tener un carácter rural,<br />
en función de alguna villa de explotación agrícola, o<br />
bien tener un carácter urbano. A favor de esta segunda<br />
hipótesis tenemos la cercanía del antiguo núcleo urbano<br />
de Igabrum, localizado en la Villa, donde actualmente se<br />
asienta el castillo y la iglesia de la Asunción. En este caso<br />
estaríamos hablando de un vicus o barrio extramuros<br />
de la ciudad.<br />
Fase II.<br />
En esta fase se han documentado un total de 127<br />
complejos funerarios. Dichos enterramientos se realizan<br />
en fosas excavadas en el terreno natural, salvo aquellas<br />
afectadas por las mencionadas uu.ee. 343 y 339. Tras<br />
el enterramiento y posterior abandono de este área cementerial<br />
se produjo un proceso de colmatación de las<br />
distintas fosas de inhumación, debido al uso agrícola del<br />
terreno que, unido a la pendiente del terreno (oeste – este),<br />
provocaron una fuerte erosión en esta zona.<br />
Otra característica de los enterramientos localizados<br />
es, en general, el relativo mal estado en que han llegado<br />
a nosotros los complejos funerarios, la mayor parte de<br />
ellos sin cubierta y con la fosa más o menos arrasada. El<br />
uso de maquinaria agrícola, así como el cultivo de olivar<br />
ha afectado, en mayor o menos medida a la práctica<br />
totalidad de los complejos excavados.<br />
Como norma general los enterramientos están<br />
orientados, con pequeñas variaciones estacionales, este<br />
– oeste. Las fosas son, mayoritariamente, del tipo conocido<br />
como “de bañera”, es decir de aspecto trapezoidal,<br />
con la cabecera más amplia que la zona de los pies,<br />
pero con los lados menores curvos. En la mayoría de<br />
los casos están excavadas directamente sobre el terreno<br />
natural, formado por areniscas y margas compactadas,<br />
salvo en los complejos funerarios que se ubican sobre<br />
el estrato de colmatación de la amplia fosa que corta la<br />
excavación en dirección SE – NO (uu.ee. 339 y 343);<br />
en estos casos las fosas cortan un estrato arcilloso con<br />
abundantes inclusiones de piedras, material constructivo<br />
y cerámica, éstos últimos de época romana.<br />
Sobre el fondo de la fosa, de aspecto irregular por<br />
la desigual erosión de la arenisca, se extiende una ligera<br />
capa de arcillas arenosas, procedentes de la propia<br />
excavación, con el fin de regularizar adecuadamente el<br />
fondo de la tumba.<br />
Fig. 2. C.F. 026.<br />
Arte, Arqueología e Historia<br />
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