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revista número 16 - ARTE, ARQUEOLOGÍA e HISTORIA

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El itinerario de la necrópolis (unos 800 enterramientos<br />

en total) nos va ofreciendo distintas tumbas excavadas<br />

en la roca, muchas de ellas. Por ejemplo:<br />

1.- Tumba del Mausoleo. Circular, que tuvo su torreón<br />

y todo, aunque su cámara sea pequeña. Pozo de<br />

entrada cerrado con sillares.<br />

2.- Tumba Cámara funeraria con escaleras de piedra,<br />

nichos – columbario distribuidos a lo largo de la<br />

pared frontal (enterramiento de los padres) y su<br />

laterales (resto de la familia) donde se colocarían<br />

las urnas de distintas formas y materiales, por<br />

más que las más comunes debieran ser de piedra<br />

de alcor. Un muro interior divide la cámara; lo<br />

que indica que, seguramente, es una cámara<br />

compartida por dos familias.<br />

3.- Crematorio como se deduce de las piedras<br />

enrojecidas por el fuego que quemaría los cuerpos<br />

colocados sobre una simple tabla de madera. Una<br />

vez, evidentemente, comprobado que estaban<br />

muertos, para lo cual un testigo llamaba varias<br />

veces al fallecido. Si no contestaba, antes de emitir<br />

el veredicto, se le intentaba doblar las rodillas.<br />

Comprobado el fallecimiento, se vestía con<br />

ropa blanca, se perfumaba, se velaba al menos<br />

durante siete días y, a continuación, se llevaba al<br />

cementerio entre los llantos de las plañideras que<br />

recogían sus lágrimas para dar fe de cuánto era<br />

estimado el finado.<br />

Finalmente, se sometía a la cremación, en tanto<br />

la familia esperaba en casa a poder recoger las<br />

cenizas que, una vez, incineradas, permitía volver<br />

a la vida común con su correspondiente acto más<br />

o menos público<br />

4.- Una de las tumbas más llamativas es la del<br />

elefante, llamada así porque tuvo una escultura de<br />

este animal, descubierto sin colmillo y sin trompa<br />

-¿Por expolio?<br />

Posible tumba – santuario dedicado a Attis y<br />

Cibeles. Es visible su triclinio, su comedor y los<br />

anejos enterramientos de los sacerdotes.<br />

Es posible, nos cuenta nuestra guía, que aquí se<br />

hicieran castraciones de sacerdotes, primero, y de<br />

animales, después; a imitación de Cibele que elige<br />

a Attis como guardián de su templo a condición<br />

de que se mantuviera siempre virgen.<br />

5.- El pozo de entrada lleva unos agujeros laterales<br />

donde apoyar los pies y manos al no haber escaleras<br />

para bajar a la tumba rectangular, normalmente.<br />

No obstante, hay excepciones, como ocurre<br />

en la tumba de los cuatro departamentos que<br />

podemos visitar gracias a las escaleras que<br />

lleva. Sin embargo, le falta luz para observarla<br />

medianamente bien.<br />

Arte, Arqueología e Historia<br />

22<br />

Tumbas y más tumbas por el camino que seguimos<br />

hasta la gran tumba hecha en el hueco de una<br />

cantera: la de Servilia (s. I-II a. de C.), hija de un<br />

patricio romano, inhumada en su sarcófago.<br />

Más que un enterramiento es una residencia, pues<br />

ocupa 1.300 m 2. Tiene un patio interior con doble<br />

hilera de columnas y tejado a cuatro aguas. Aún<br />

es visible el estuco de las paredes con algunas<br />

pinturas murales. Véase la de la mujer con balazan<br />

- ¿Juicio final?.<br />

6.- Tumba de Postumo, inhumado, aunque el resto<br />

de los enterrados fueran incinerados.<br />

Antes de marcharse de aquí es interesante darse un<br />

paseo por el Museo donde, por medio de paneles, somos<br />

bien informados de la religión romana, la muerte (oficios,<br />

rituales, enterramientos, retratos, pinturas y ajuares). Se<br />

nos muestra la estatua de Servilia. Podemos ver varios<br />

retratos escultóricos (cabeza del personaje sobre un<br />

cuerpo de serie) pertenecientes a la época imperial (s. I<br />

y II d. C.) hasta la julio claudia, lápidas murales (banquete<br />

funerario, Caronte, la justicia) del tercer y cuarto estilo<br />

pompeyano (15 a. C. – 62 d. C.), ajuares para el viaje al<br />

más allá (lucernas, ungüentos, figurillas, …)<br />

Y, al salir, échele un vistazo al anfiteatro.<br />

Sin prisas. Callejeando por Carmona llegamos a la<br />

Puerta – Alcázar de Sevilla donde empezaba la ciudad<br />

romana cercada por 3.600 m de muralla con sus cuatro<br />

puertas: Sevilla, Córdoba, Marchena, Postigo.<br />

Puertas derruidas por razones higiénicas y de<br />

espacio, menos la de Córdoba y ésta porque el cura que<br />

promovió su limpieza se quedó sin dinero.<br />

Murallas que han quedado dentro de las casas<br />

construidas aprovechando aquéellas. Hay torres<br />

albarranas convertidas en roperos hogareños.<br />

Puerta de aspecto rectangular levantada sobre una<br />

torre circular del s. VIII a. C. en tiempos cartagineses<br />

(véase la uve del foso). Tal vez porque era la más lábil<br />

es la mejor reforzada. Reformada y completada por los<br />

romanos (s. III y I a. C.). En el arco árabe se distingue<br />

perfectamente la buhedera (tronera – matacán) árabe<br />

desde la que se defendía la fortaleza arrojando los<br />

líquidos elementos hirviendo. A continuación el arco<br />

romano, la ranura del rastrillo, el rastrillo, la ratonera<br />

(intervallum) donde quedaban atrapados los enemigos<br />

que se atrevieran a llegar a este espacio abierto y la<br />

puerta propiamente dicha donde se encuentra la cota<br />

histórica romana.<br />

Subiendo, llama la atención el muro que nos va<br />

mostrando los pasos de la historia: abajo: el cartaginés<br />

muro almohadillado con sus salientes donde rebotarían

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