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revista número 16 - ARTE, ARQUEOLOGÍA e HISTORIA

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deducir conclusiones generales sobre sus conductas<br />

religiosas, sentimientos y devociones personales, siendo<br />

fiel reflejo de la geografía religiosa de una localidad,<br />

extensible a toda la sociedad de ese lugar 15 .<br />

Las mandas pías también ponen de manifiesto, la<br />

dimensión económica y los grandes beneficios que la<br />

Iglesia obtenía con el monopolio que ejercía sobre todo<br />

lo relativo a la salvación de las almas, pues el testamento<br />

servía de póliza de seguros establecida por el testador con<br />

la Iglesia <strong>16</strong> , al detallarse con precisión el número y clase<br />

de misas, el lugar y quien las oficiaba, y cuanto se pagaba<br />

por cada una de ellas. Las parroquias y conventos, así<br />

como los miembros del estamento eclesiástico, estaban<br />

muy interesados en saberlas, pues de lo que se pagaba<br />

por ellas dependía muchas veces su propia subsistencia<br />

económica a nivel personal, especialmente de aquellos<br />

que no tenían a su cargo cura de almas, y tampoco<br />

disfrutaban de jugosas capellanías.<br />

Este no era el caso de Doña Mencía, pues los<br />

dominicos disponían de recursos económicos más que<br />

suficientes derivados de la percepción de diezmos y<br />

primicias, los emolumentos parroquiales y rendimientos<br />

del rico patrimonio conventual. Lo dicho no suponía negar<br />

su interés por tener un conocimiento exacto de tales<br />

extremos mediante la correspondiente hijuela 17 , pues<br />

cuando este miembro de la familia Valera designó a su<br />

propia alma como uno de sus herederos, suponía que<br />

una parte importante de su rico patrimonio se destinaría<br />

a pagar misas cuya inmensa mayoría serían oficiadas en<br />

el convento parroquia de Nuestra Señora de Consolación,<br />

percibiendo los dominicos lo estipulado por el testador:<br />

“de mandado del S r Corrx or saqué yo el SS no y<br />

entregue al M R do P e P or del Conu to Parrochia de esta<br />

uilla un testimº, Hijuela del testam to y codicilo otorgado<br />

p r D n Ju S tos Ulaera, p r lo que conduce á funeral y pia<br />

causa, el que fue de mucho trauajo, pues se llenaron<br />

dos pliego de á diez quartos de letra metida; firmaron<br />

dichos S r Correx r , y P e P or . Dª Mencía mayo uinte de mil<br />

setez tos cinq ta y nuebe, doy fe”.<br />

repentinamente por lo que dicho Señor Corregidor sin<br />

dilación alguna e yo el Es no subimos y entramos en la<br />

sala prinzipal de dichas casas mortuorias, y en un alcoba<br />

de dicha se la vi yo el Es nno tendido y cadáber al rreferido<br />

D n Juan Santos Valera de que doy fee”.<br />

Al suceder este hecho de forma inesperada, ya no<br />

era necesaria la presencia del médico y del cura para<br />

prestar remedios espirituales y materiales al enfermo, que<br />

eran “las personas convenientes” para tales funciones 18 .<br />

También estuvo en ese primer momento don Juan de<br />

Alcalá Galiano Flores y Calderón, alcaide del castillo<br />

de Doña Mencía, caballero de Santiago y gobernador<br />

del duque de Sessa en sus estados, que además de<br />

ser un amigo de la misma categoría social del finado,<br />

representaba de alguna forma al propio titular del señorío<br />

al que pertenecía Doña Mencía. Asimismo refleja cómo<br />

frente a la soledad de los pobres en el duro trance de la<br />

muerte, era habitual la masiva presencia de personas<br />

para el caso de las clases privilegiadas de cierta categoría<br />

social, manteniéndose así las desigualdades sociales<br />

tan características de la época que trascendían al<br />

más allá.<br />

Con la llegada de las ideas racionalistas de la<br />

Ilustración, las mentalidades y forma de actuar con<br />

respecto a la muerte fue evolucionando poco a poco,<br />

aunque la postrera voluntad de don Juan Santos Valera<br />

Roldán, fechada en 1739, y su testamentaría en 1756,<br />

reflejan todavía los rasgos barrocos característicos de<br />

los ritos funerarios durante la Edad Moderna. Entre<br />

ellos destacan los siguientes actos que eran bastante<br />

aparatosos: amortajamiento del cadáver; solemne duelo;<br />

cortejo fúnebre, y gran cantidad de misas post-morten<br />

en el interior de la parroquia.<br />

Disponemos de un elocuente testimonio documental<br />

que acredita tales extremos, pues el pliego general de<br />

deudas de la testamentaría estudiada contiene una<br />

detallada relación de todos los gastos derivados del<br />

cumplimiento de su postrera voluntad. Cuando llegó el<br />

fatal desenlace el 19 de mayo de 1756, el corregidor<br />

Don Juan Santos Valera Roldán disfrutó de una<br />

plácida existencia derivada de su desahogada situación<br />

económica, hasta su fallecimiento en Doña Mencía el 19<br />

de mayo de 1759. El desenlace fatal tuvo lugar de forma<br />

repentina en su propia vivienda sita en la calle Arriba y<br />

dio lugar cierta alarma social derivada de la importancia<br />

económica y social del finado. Y para certificar el óbito<br />

en legal forma, se constituyeron a las cuatro de la tarde<br />

en su domicilio el corregidor y el escribano del cabildo<br />

Mateo Gómez Moreno:<br />

“se [...] cadáber D n Juan Santos Ualera Roldán, las<br />

que están en la calle de Arriba de esta nominada Villa,<br />

en las que auia grande confusión de quebranto entre<br />

parientes y domésticos de dicho D n Juan se auia muerto<br />

Arte, Arqueología e Historia<br />

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