revista número 16 - ARTE, ARQUEOLOGÃA e HISTORIA
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clasicismo mozartiano y apuntan a la nueva expresividad<br />
del ideario romántico. Sus estudios son un claro ejemplo<br />
de este arte de transición al siglo XIX.<br />
La escuela guitarrística española se continúa en el<br />
tiempo en compositores como Julián Arcas (1832-1882),<br />
Francisco Tárrega, Miguel Llobet, Emilio Pujol, hasta<br />
llegar a los grandes guitarristas del siglo XX Andrés<br />
Segovia y Narciso Yepes.<br />
Tampoco debemos olvidar al arpa, el fundamental<br />
instrumento acompañante en el siglo XVII 7 .<br />
Los instrumentos de teclado<br />
Entre los instrumentos de teclado, el clavecín<br />
vive en estos momentos su gran apogeo. Aparece<br />
como solista en la suite, realiza habitualmente el bajo<br />
continuo, rivaliza con la orquesta en los conciertos 8 . A<br />
su perfeccionamiento contribuyeron fabricantes geniales,<br />
como los Ruckers en Flandes o J. Cl. Goujon y los Taskin<br />
en Francia. Los clavecines, instrumentos suntuosamente<br />
decorados, embellecen y dan dignidad a los salones,<br />
compartiendo a veces los honores con teclados más<br />
modestos como la espineta en Francia y en Italia o el<br />
virginal en Inglaterra.<br />
El pianoforte, instrumento de cuerdas percutidas<br />
que permiten efectos dinámicos de piano y forte, hace<br />
su aparición a comienzos del siglo XVIII, con Cristofi.<br />
Durante el período barroco no pasa de ser un prototipo.<br />
Su verdadero desarrollo tiene lugar en la segunda mitad<br />
del siglo XVIII, para culminar en la época romántica.<br />
El órgano, de dimensiones reducidas en el siglo XVI,<br />
se desarrolla en el XVII y su estética varía según los<br />
países. El órgano italiano, con un solo teclado manual,<br />
es rico en mutaciones agudas. El francés, con cuatro<br />
teclados manuales, precisa diferentes planos sonoros:<br />
se trata de un órgano grande, positivo, recitativo (unido<br />
al sonido de la corneta, la trompeta, el oboe o la voz<br />
humana), con eco y dotado de un conjunto de pedales<br />
menos extenso que en Alemania y compuesto de flautas<br />
y lengüetas. El órgano alemán, que posee de dos a cuatro<br />
teclados manuales, es más rico en registros de fondo,<br />
de suavidad incomparable. Su registro completo permite<br />
interpretar las polifonías más complejas y sus lengüetas<br />
pueden sostener el cantus firmus de un coral o expresar<br />
una melodía adornada. Su pedal, más desarrollado y<br />
fácil de tocar que el francés, favorece el virtuosismo<br />
que explotarán Buxtehude o Bach. Por fin, el órgano<br />
español, con un solo teclado y una pedalera incompleta,<br />
se enriquece con los registros partidos o medios registros<br />
-que constituyen prácticamente un segundo teclado-,<br />
y con dos inventos nuevos: los ecos y la trompetería<br />
exterior horizontal.<br />
Arte, Arqueología e Historia<br />
94<br />
Violas y violines<br />
La familia de los instrumentos de arco está representada<br />
por las violas y los violines. Las violas de gamba<br />
(del italiano gamba. «pierna») -así llamadas por oposición<br />
a las violas de brazo (da braccio) que se sujetaban como<br />
los violines modernos- cuentan con seis o siete cuerdas<br />
y se afinan en tercera y cuarta, como los laúdes del<br />
Renacimiento 9 . Su juego melódico, muy suave, es de<br />
una gran riqueza expresiva. Además, su extenso plan<br />
de cuerdas permite el juego polifónico a través de las<br />
digitaciones de la mano izquierda, bastante parecidas<br />
a las del laúd. Los orígenes de la música para violín se<br />
confunden con los de la orquestal, tal vez el primer autor<br />
de composiciones expresamente pensadas para violín<br />
sea Biagio Marini (1597-<strong>16</strong>65), con su Affetti musicali<br />
de <strong>16</strong>17 10 .<br />
La viola de gamba, apoyo habitual del bajo continuo,<br />
conservará sus dos funciones, solista y acompañante,<br />
hasta principios del siglo XVIII, momento en que irá<br />
perdiendo terreno ante el violonchelo. Desaparecerá<br />
totalmente hacia 1750, a finales del período barroco,<br />
y por las mismas causas que el laúd: volumen sonoro<br />
demasiado débil para las salas de concierto y excesiva<br />
complejidad de su técnica.<br />
La familia de los violines, por el contrario, experimenta<br />
un crecimiento constante durante los siglos XVII y<br />
XVIII. Aunque su forma parecía fijada desde finales del<br />
Renacimiento, todavía admitirá varias modificaciones<br />
durante el barroco. Todas ellas persiguen la obtención de<br />
un sonido más poderoso, aumentando para ello las barras<br />
armónicas y ampliando el ángulo de caída del mástil.<br />
El arco, tan importante como el instrumento, conserva<br />
todavía un aspecto parecido al de las violas de gamba<br />
(perfil ligeramente convexo, cabeza alargada, llamada<br />
«de lucio»). Aparte del violín, esta familia de instrumentos<br />
incluye también los alti, los violonchelos y el contrabajo.<br />
A mediados del siglo XVII, los alti presentan formas<br />
variadas (la violella y el violín tenor en Italia, el violín<br />
contralto y la taille en Francia), todos ellos afinados de la