revista número 16 - ARTE, ARQUEOLOGÃA e HISTORIA
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Destacan también los pilastrones acanalados con<br />
capitel jónico del arco triunfal de fábrica del gótico<br />
tardío.<br />
Al tener el presbiterio tanta anchura como las tres<br />
naves juntas, el arco triunfal corta el normal desarrollo<br />
del templo, que obligó a montar sobre él unos arcos<br />
rampantes. El retablo original fue quemado en la Guerra<br />
Civil de 1.936 – 39. El actual es imitación neobarroca<br />
de aquél.<br />
En el presbiterio llaman la atención el nicho de<br />
los Contreras, lado de la epístola, con su escudo (tres<br />
bandas) sobre el arco carpanel, bajo el conopio del alfiz<br />
rectangular y el de Bartolomé Sánchez Gahete? en el<br />
lado del evangelio, aunque el escudo de este presbítero<br />
del Guijo, S. XVIII, sólo tiene una banda.<br />
En los brazos del templo se abren dos capillas<br />
góticas, S. XVI, adosadas a las naves laterales por debajo<br />
del presbiterio.<br />
La del lado de la epístola es la llamada de la<br />
Anunciación cuyo acceso se hace por un arco apuntado.<br />
Reja rematada con motivos eucarísticos y dos escudos<br />
nobiliarios: el de los Velarde, a la derecha y el de Alonso<br />
Sánchez? a la izquierda.<br />
La capilla del lado del evangelio corresponde al<br />
tesorero de Indias Don Pedro Gómez de Contreras.<br />
Fue edificada con intervención de los Hernán Ruiz entre<br />
1.585 – 1.595: planta rectangular, cubierta de crucería<br />
y reja con decoración vegetal flanqueando el escudo de<br />
Dos Torres.<br />
Encima de la puerta lateral de la derecha del templo,<br />
lugar no muy adecuado para ser visualizado, alguien tuvo<br />
la idea de colocar el escudo de los Mejías procedente de<br />
la clave central del arco de medio punto de la puerta del<br />
convento de San Juan de la Penitencia, perteneciente a<br />
la jurisdicción de la antigua Torrefranca.<br />
Salimos a la plaza del pueblo: ayuntamiento,<br />
soportales de arcos rebajados en el primer piso y vigas<br />
sobre columnas en el segundo. Frente a la iglesia, casa<br />
nº 9, de los Velarde cuyo escudo ostentan en el dintel<br />
de la puerta.<br />
Porque Torremilando es residencia y cuna de nobles<br />
e hidalgos. Rango social que puede contactarse también,<br />
por ejemplo, en la Plaza de Elisa Ramírez, antiguamente<br />
llamada de “María la brava”, madre de Bartolomé García<br />
Bejarano cuyo escudo vemos en el vano rectangular del<br />
dintel adovelado de su casa.<br />
O en la calle Pósito donde encontramos, labrado<br />
en el dintel de su casa, el escudo del corregidor don<br />
Miguel Díaz de Mendoza. O en la calle Carmona donde<br />
Arte, Arqueología e Historia<br />
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se encuentra el escudo más antiguo de Dos Torres: En<br />
granito. En el dintel de una portada enmarcada por un<br />
alfiz (s. XVI – XVII) se hala el escudo de los Velarde<br />
de Torremilando en el que, aunque con dificultad, se<br />
observa el detalle de un brazo armado, característico<br />
del entronque nobiliario de esta familia.<br />
Y sin darnos cuenta casi, callejeando entre la cal, el<br />
granito y el hierro, estamos de nuevo en la explanada de<br />
la Virgen de Loreto respondiendo a la llamada que nos<br />
hacen las Cruces de Añora.<br />
Al llegar a este pueblo, detenemos el autobús en<br />
la esquina de la Calle la Amargura /(donde no) hay un<br />
piedra redonda, donde (pusiera) Jesús los pies / para<br />
subir a la gloria”. Lo que sí vemos es una cruz iluminada<br />
a modo de farolillo festivo que nos anuncia que hemos<br />
entrado “en territorio cruz de Añora” que nos disponemos<br />
a recorrer con el respeto debido y la admiración que se<br />
merecen.<br />
“Dios le dé mucha salud/ a quien puso la promesa/ de<br />
levantar la santísima Cruz/ que vemos puesta sobre una<br />
mesa” de la Calle Amargura, reza el caminante, quien<br />
piensa que, tal vez, la Cruz de Arriba “por promesa (la)<br />
pusieron / en este sitio escogido/ (para dar) rendidas<br />
gracias/ por (haberles) socorrido”.<br />
“En el ara de la Cruz /hizo el Niño Testamento./ Y a<br />
su Madre le dejó / las llaves del Sacramento”, reflexiona<br />
el cronista al ver los crucifijos de Primera Comunión que<br />
cuelgan de la cruz de la calle Virgen.<br />
Lo esencial en todos los casos es la cruz adornada<br />
profusamente en una habitación totalmente vestida.<br />
Llama la atención de este curioso que “lo que adorna a<br />
la cruz/ (no sean) las macetas al lado, (ni) la Sagrada<br />
Familia / con su Niño de la mano” sino tules y telas a<br />
imitación, tal vez, de aquellos que “entre sábanas y<br />
holandas / envolvieron al Señor/ y en los brazos de su<br />
Madre / le dieron la extremaunción”<br />
Y lo que lo entronca con la naturaleza es el olor<br />
despedido por la manzanilla que, como todo el mundo<br />
sabe “el día de la Ascensión, cuando Cristo subió al cielo,/<br />
estaba la manzanilla / florida como el romero”<br />
Y así, entre olores que nos retrotraen a la niñez,<br />
canciones y leyendas de la cultura popular, reflexiones<br />
de adulto, oraciones de creyentes,…dejamos Añora, a<br />
quien más de uno despidió parafraseando aquella letrilla<br />
que dice:<br />
“Quédate con Dios, Añora,<br />
Que nosotros ya nos vamos<br />
Y tú te quedas solita<br />
Al pie de la cruz (cantando)”..