revista número 16 - ARTE, ARQUEOLOGÃA e HISTORIA
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letreros cursivos iguales a los que presentan los tejidos<br />
nazaríes de los siglos XIV y XV”. Sin embargo apenas<br />
detalla una treintena de ejemplares, incluyendo algunos<br />
sicilianos. Cuando, tras conocer el libro de Cott (1939),<br />
acomete su gran obra en dos volúmenes: “Marfiles árabes<br />
de Occidente”, 4 se plantea el problema de separar los<br />
productos sicilianos de los andalusíes (Vol.II,1940, pág.93<br />
y ss.). Apunta 14 ejemplares (sus números 89 a 103) como<br />
posibles granadinos e incluso señala la posibilidad de<br />
que algunos otros, en principio considerados sicilianos,<br />
sean también andaluces.<br />
Ejemplo de la serie f.) Arqueta “de los escudos”,<br />
Museo Victoria & Alberto, Londres.<br />
Conquistada a Bizancio por el emir aglabí tunecino<br />
Ziyadat Allah a partir del año 827, aunque no completada<br />
hasta 965, se repobló Sicilia con musulmanes orientales,<br />
beréberes y andalusíes, especialmente la nueva capital<br />
Palermo que llegó a contar con medio millón de habitantes.<br />
En el origen de la cultura y artes musulmanas en Sicilia<br />
no resultaría nada descabellado pensar en una influencia<br />
andalusí superpuesta a la egipcia y a la iraquí. Además,<br />
siendo Génova desde el siglo XIII el enlace comercial<br />
básico del Mediterráneo Occidental, ya que Venecia<br />
controlaba el Oriental, cabe presumir un comercio entre<br />
Sicilia y Granada, tras la creación del “reino” nazarí, a<br />
través de naves genovesas en el que tendría cabida el<br />
tráfico de herrajes granadinos hacia Sicilia y de marfiles<br />
sicilianos a Granada lo que justificaría la mezcla de<br />
elementos que en tantos casos se observa a pesar de<br />
que la superposición de ambas producciones parece en<br />
principio anacrónica, pero que no lo sería si contamos con<br />
los trabajos de refacción, reforzamiento o reconstrucción<br />
que muchos ejemplares muestran. Como quiera que<br />
estas reconstrucciones se han seguido practicando casi<br />
hasta nuestros días, muchas veces sin dejar huella de<br />
sus fechas, se añaden nuevos factores de incertidumbre<br />
en la datación.<br />
Resulta imprescindible tener presente al arte eborario<br />
siciliano para estudiar el caso nazarí.<br />
Los marfiles pintados nazaríes<br />
El corpus nazarí es relativamente amplio, algo más<br />
de medio centenar de ejemplares, aunque escaso si se<br />
compara con los dos centenares y medio de trabajos<br />
sicilianos que se han podido catalogar, concentrados<br />
éstos en no más de 150 años, mientras que la producción<br />
granadina podría haber alcanzado un lapso próximo a<br />
los 250 años, sin contar las ulteriores elaboraciones<br />
mudéjares.<br />
Sería Ferrandis, 3 en su libro de 1928 quien ya<br />
advierte un grupo de arquetas hispano-árabes pintadas<br />
“de los últimos tiempos de la dominación musulmana en<br />
España”. Aunque mezcla estos ejemplares con otros de<br />
origen siciliano o “sirio”, señala el carácter “granadino y<br />
Los marfiles sicilianos ocasionaron durante mucho<br />
tiempo la incertidumbre entre los especialistas. El<br />
parecido de los dibujos de músicos y halconeros con los<br />
iraníes de tipología mina’i de influencia oriental, condujo<br />
a esta orientación. Una discusión entre los profesores<br />
alemanes Ernst Diez y Ernst Kuhnel entre 1910 y 1914 5<br />
concluyó con la general aceptación del origen siciliano<br />
propuesto por el segundo. El trabajo del americano Perry<br />
B. Cott en 1939 asentaría definitivamente el estudio del<br />
tema, abierto además, a otros productos sicilianos de<br />
marfil tallado, los báculos y peines episcopales, ambos<br />
procedentes de la liturgia bizantina, trasplantados a<br />
Occidente y presumiblemente realizados por artistas<br />
greco-bizantinos subsistentes en la región de Siracusa,<br />
menos islamizada que Palermo.<br />
Por mi parte acometí entre 1995 y 2003 la realización<br />
de un trabajo publicado en dos volúmenes: “Marfiles<br />
medievales del Islam”, Córdoba, Caja Sur 2005, 6 en la que<br />
se acomete la segregación entre ambas series de marfiles<br />
pintados, los sicilianos y los nazaríes. Las principales<br />
divergencias observadas, alguna ya señalada por<br />
Ferrandis, son: Diferencias en los herrajes, generalmente<br />
más alargados y heterogéneos los nazaríes, con asas<br />
cenitales de formas netamente distintas; en la calidad<br />
de las placas de marfil, generalmente inferior en las<br />
granadinas, con frecuencia formadas por multiplicidad de<br />
fragmentos; temática de la decoración pintada, estando<br />
basada la andaluza en temas geométricos, imitación de<br />
textiles y algunas veces en intentos de copiar modelos<br />
sicilianos, incluso animales; en los textos donde se aprecia<br />
un léxico muy diferenciado para expresiones equivalentes<br />
y finalmente en la localización moderna de los ejemplares,<br />
con procedencia comprobada casi total de España. Aún<br />
así, hay un cierto número de casos en los que es difícil<br />
precisar su origen, siciliano o andalusí, al tener borrados<br />
o repintados algunos elementos decorativos, sustituídos<br />
los herrajes o modificados otros elementos estructurales<br />
(cerraduras, asas o refuerzos).<br />
Los artesanos nazaríes debieron iniciar ya en la<br />
segunda mitad del siglo XIII, ante el declive de los<br />
musulmanes sículos, una producción similar para,<br />
basados en el prestigio de éstos, ocupar el mercado<br />
cristiano compitiendo con otros productos, presuntos<br />
continuadores de Sicilia, que surgen en la Italia peninsular<br />
Arte, Arqueología e Historia<br />
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