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revista número 16 - ARTE, ARQUEOLOGÍA e HISTORIA

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La crisis de legitimidad dinástica se une al<br />

enfrentamiento conservadores – liberales y a la ruina<br />

económica por el colosal déficit fiscal que se viene<br />

arrastrando.<br />

Y en esta situación se produce la quiebra del Antiguo<br />

Régimen y aparece el Régimen liberal.<br />

Lo que pasó es que el Absolutismo de Fernando VII<br />

la anuló y, con ello, nos hizo perder el tren europeo de la<br />

Revolución Industrial y del progreso, que ya no pudimos<br />

coger tras la muerte del nefastamente “Deseado”.<br />

“Somos españoles porque queremos serlo”<br />

(15-10-08)<br />

España se coloca a rebufo de la Revolución Francesa<br />

hasta el extremo de que pareciera un apéndice del país<br />

vecino, cuyas tropas ocupan el territorio español, ahora<br />

sin la Corona de nuestros reyes, que ellos mismos han<br />

depositado en las manos de Napoleón.<br />

Este hecho es respondido con La Guerra de la<br />

Independencia: un enfrentamiento bélico de carácter<br />

internacional (Francia, Gran Bretaña, España,<br />

Portugal,…); que tiene un profundo sustrato ideológico<br />

(conservadurismo – liberalismo; lo urbano contra lo<br />

rural,..); que no deja de ser una guerra civil (afrancesados<br />

contra partidarios de la Monarquía tradicional); que es<br />

una lucha para que no se apliquen los principios que<br />

algunos españoles habían aceptado en la Constitución<br />

de Bayona.<br />

¿Independencia de quién? Porque la realidad es<br />

que España nunca fue parte del país galo.<br />

Nuestra asociada Rosario Alcántara nos presenta al<br />

conferenciante de hoy, don Juan Avilés Farré, Catedrático<br />

de la UNED, quien no sólo sabe de España, sino que<br />

nos da la sensación de que sabe qué es España y,<br />

por eso, interesó mucho al auditorio, como pudimos<br />

comprobar con el animado coloquio que tuvimos al final<br />

de su disertación.<br />

Si nacionalismo es el sentimiento de solidaridad<br />

libremente tenido entre los habitantes de un Estado,<br />

somos españoles porque queremos.<br />

Si la nación es un producto natural de la historia; si<br />

la nación implica soberanía sobre un territorio por encima<br />

de los ciudadanos. Si la nación deviene de la raza, de la<br />

lengua, del territorio, …, tal vez no queramos y tengamos<br />

que ser nacionalistas a la fuerza en un Estado, que, si<br />

no existe, hemos de crearlo.<br />

Independencia esencial de la “nación española libre<br />

e independiente (que) no es ni puede ser patrimonio<br />

de ninguna familia ni persona” que proclama el art. 2.<br />

de la Constitución Política de la Monarquía Española<br />

promulgada en Cádiz el 19 de marzo de 1.812.<br />

Constitución, por cierto, que bebe en las fuentes<br />

de la 2ª Constitución francesa 29 , aunque la nuestra, que<br />

declara “españoles a todos los hombres libres nacidos<br />

y avecindados en los dominios de las Españas (…).” 30 ,<br />

adolezca de una cierto historicismo y establezca la<br />

confesionalidad católica de la Nación española.<br />

Ya tenemos la Constitución. La primera Constitución<br />

española, que será referencia para todas las que vengan<br />

a continuación. Ya tenemos Constitución, ya tenemos<br />

Patria.<br />

Nación enlaza con soberanía del pueblo; nación y<br />

libertad se necesitan mutuamente. Por eso, la nación<br />

se explicita cuando perdemos la Monarquía, alrededor<br />

del 2 de mayo 1.808, y, al rebelarnos contra el invasor y<br />

el pueblo tomar sobre sí la soberanía y convertirnos en<br />

ciudadanos, “ya tenemos Patria”.<br />

No tuvimos que inventar la tradición. No tuvimos que<br />

crear la Nación, porque ya existía en el espíritu de los<br />

habitantes de este rincón del mundo.<br />

Es verdad que en la Hispania romana (denominación<br />

geográfica) no estaría visible el sentimiento de patria; pero<br />

el invasor tuvo que conquistar el territorio. Y, por eso,<br />

San Isidoro, s. VII, ya habla de la Patria. Y los visigodos<br />

se quejan de haber perdido Hispania. Y los cristianos<br />

se pelean entre ellos, pero se sienten de España. Y ya<br />

Arte, Arqueología e Historia<br />

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