revista número 16 - ARTE, ARQUEOLOGÃA e HISTORIA
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Antonio Matas Hidalgo, Reverte<br />
Pedro Ceballos, Pepino Chico<br />
Antonio López Marín,<br />
el Niño de la Gloria<br />
acercó un guardia municipal y les indicó que por orden<br />
del ayuntamiento se debían de poner guantes blancos<br />
para poder vender la fruta. Al oír aquello, el ánimo de<br />
Reverte sufrió una convulsión y le dijo al guardia en un<br />
ataque de ira: “Mira desgraciao, ¿que me ponga yo unos<br />
guantes? ¿Aónde están los guantes pa que yo me los<br />
ponga? Yo vengo a vender manzanas. ¿Te has enterao?<br />
¿No te enteras que estás hablando con Reverte?” El<br />
municipal, quizá poco leído y chismoso, no tenía noticias<br />
del “personaje tan célebre” que tenía delante, y levantando<br />
los hombros le dijo indolentemente: “¿A mí qué me dices<br />
tú? Yo cumplo órdenes”. El termómetro de la soberbia<br />
del pillo subió hasta el máximo: “¿Y no tiemblas? Cuando<br />
te enteres de quien soy yo te vas a poner a temblar”. El<br />
agente permaneció callado. “A tomar una copa me voy”,<br />
gritó Reverte y con este desenlace terminó el caso.<br />
Lo que sí consiguió es que varias generaciones aún<br />
conservaran su nombre. Del bandolerismo de la última<br />
época suenan en la memoria de los mayores, a veces<br />
con cierto orgullo, los nombres de Reverte (Antonio Matas<br />
Hidalgo); Rebeca (Francisco Sánchez Mérida); Pepino<br />
(Antonio Ceballos González, también llamado Pepino el<br />
Grande) y Pepino el Chico (Pedro Ceballos González,<br />
llamado también Pepinillo, estos dos últimos hermanos),<br />
que, solos o agrupados, ejercieron el oficio en la comarca.<br />
Al principio en Fuente Tójar, de donde eran oriundos, y<br />
en todos los municipios limítrofes y después extendieron<br />
su radio de acción por diferentes provincias andaluzas<br />
al juntarse con otras partidas que tenían más movilidad<br />
en sus actuaciones. Entre ellos, el que más huella ha<br />
dejado en la comarca ha sido Reverte y esto porque se<br />
juntaron en él las circunstancias de ser hijo de Fuente<br />
Tójar, actuar en su propia tierra, por la cantidad y calidad<br />
de sus fechorías, por haber estado varias veces detenido<br />
en la cárcel del partido de Priego y por pertenecer a la<br />
última generación de un estilo peculiar de delincuencia:<br />
el jinete a caballo, echado al monte, cabalgando por los<br />
agrestes parajes de nuestra serranía, cometiendo innumerables<br />
delitos y siempre viviendo con el placer masoquista<br />
que representa tener a unos pasos a la Guardia Civil<br />
intentando hacer blanco en sus cuerpos.<br />
Antonio Puebla Povedano y José Cruz Gutiérrez nos<br />
dicen sobre el personaje:<br />
“Antonio Matas Hidalgo nació en Fuente Tójar el<br />
día <strong>16</strong> de junio de 1866, según consta en al acta de<br />
bautismo extendida por el párroco D. Juan de Dios Leyva.<br />
Sus padres, Fernando y María, eran gente honrada de<br />
clase humilde. Vivían en la calle Barrionuevo núm. 17,<br />
y allí se crió el chaval, quien pronto comenzó a apuntar<br />
sus tendencias criminales. Así consta que, mozuelo<br />
todavía, atracó a un pariente suyo en el camino de<br />
Antequera, dejándole malherido. A partir de ahí inició<br />
sus aventuras adoptando, como nombre de guerra, el<br />
de «Reverte», (…)<br />
Muy joven se casó con María Ayala, de la que tuvo<br />
un hijo varón; y el enviudar de la misma se volvió a casar<br />
con Adelina Pérez Alba, protagonista de nuestra historia,<br />
aunque no tuvo descendencia con ella.<br />
Personaje de naturaleza violenta y destructiva, pronto<br />
aprendió que para realizar sus andanzas, necesitaba de<br />
compañía, y así durante algún tiempo estuvo alistado<br />
como veredero en la partida del estepeño «Pernales»,<br />
a quien pronto abandonó para asociarse con «Pepino»<br />
y «Reveca», ambos paisanos suyos a quienes hemos<br />
bautizado como «Los tres de Fuente Tójar» Juntos<br />
cometieron infinidad de hechos delictivos. Al efecto,<br />
tenemos constancia documental de que cuando contaba<br />
39 años ya había sido condenado en diversas ocasiones<br />
por delitos de robo, y el 15 de febrero de 1909 fue de nuevo<br />
castigado por robo de varias caballerías sorprendiendo,<br />
en unión de «Pepino», a varios trabajadores del cortijo<br />
de «Lagarteras», termino municipal de Córdoba y tras<br />
atarlos y amordazarlos se llevaron seis caballerías.<br />
«Reverte» había sido huésped de varias cárceles<br />
españolas y en una de ellas, la de Córdoba, fue<br />
Arte, Arqueología e Historia<br />
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