revista número 16 - ARTE, ARQUEOLOGÃA e HISTORIA
revista número 16 - ARTE, ARQUEOLOGÃA e HISTORIA
revista número 16 - ARTE, ARQUEOLOGÃA e HISTORIA
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Por otra parte, sabemos que se produjeron sucesos<br />
graves que mermaron a la población, como las lluvias<br />
torrenciales del año 1708 o las de 1727. A pesar de ello,<br />
sabemos que a principios del XVIII es de las pocas<br />
poblaciones de los alrededores que tiene un crecimiento<br />
acentuado con respecto a la centuria anterior. Así, en<br />
<strong>16</strong>96, a pocos años del señorío de Don Nicolás, el pueblo<br />
contaba con 886 vecinos 6 , mientras que en 1719 contaba<br />
ya con 944. Sin embargo, a mitad del siglo XVIII, de nuevo<br />
se producirá un retroceso que llevará la cifra a un número<br />
aproximado que va de 850 a 900 vecinos.<br />
En cuanto a sociedad se refiere 7 , la podemos definir<br />
como una población típicamente rural en la que existe una<br />
clara diferenciación social. Así, podemos reconocer varias<br />
clases a las que pertenece cada hombre, dependiendo<br />
de sus características laborales, étnicas o religiosas 8 .<br />
En la parte superior encontramos a la nobleza,<br />
sector privilegiado que tiene en sus manos los factores<br />
de producción y el poder político, lo que les convierte en<br />
la clase dirigente. Existe una relación de clientela entre<br />
el señor y las élites locales, para controlar el poder.<br />
Entre la nobleza y las clases bajas se encuentra el<br />
clero. Generalmente, vivía de las donaciones, por lo que el<br />
nivel de vida de los eclesiásticos guardaba una estrecha<br />
relación con la procedencia económica y geográfica de<br />
los recursos que los rodeaban.<br />
Finalmente, las clases bajas, constituían la mayor<br />
parte del pueblo. Se componía de un grupo bastante<br />
amplio en el que se integran comerciantes, cabreros,<br />
arrieros, carreteros y jornaleros.<br />
Chancillería de Granada, donde los súbditos entablaron<br />
numerosas demandas contra sus señores.<br />
El caso de las clases altas es bien diferente. Se<br />
mantienen al margen de la carestía que pueda sufrir la<br />
mayoría del pueblo, pues tienen fondos en abundancia,<br />
aunque también la crisis les salpica en casos como en los<br />
que se da una mala cosecha o en los que existe alguna<br />
enfermedad que merme la disponibilidad de trabajadores<br />
que se encarguen de labrar la tierra.<br />
En cuanto a cultura, sabemos que en el siglo XVIII<br />
la población aguilarense vive con fuerza la Semana<br />
Santa, la cual experimenta un notable impulso. Destaca<br />
el fervor que provoca la figura de Jesús de Nazareno,<br />
cuya cofradía es liderada durante el momento de la visita<br />
regia, por Andrés Carmona y Antequera 10 .<br />
De sus servicios a la Corona:<br />
Antes de heredar el Señorío de Aguilar y el<br />
marquesado de Priego, servía en el palacio real como<br />
Menino-Bracero de la segunda esposa de Carlos II y,<br />
luego, como Gentilhombre de la Cámara de Felipe V.<br />
Don Nicolás durante la guerra de la sucesión lucha<br />
al lado de los Borbones, corno hemos visto en lo referido<br />
a su gobierno. Tanto es así que al finalizar el conflicto,<br />
José Patiño, en nombre del rey, manda una carta de<br />
agradecimiento al señor de Aguilar, que se conserva en<br />
el archivo de dicha localidad 11 .<br />
Además, el profesor Bernardo Ares 9 , incluye otro que<br />
es el de las minorías y marginados en el que tendrían<br />
cabida los vagabundos, mendigos, etc.<br />
En economía, sabemos, que en Aguilar predominaba<br />
la pequeña y la mediana propiedad, por lo que muchos<br />
campesinos poseerían alguna posesión. El sector<br />
secundario estaba determinado por oficios artesanos<br />
que satisfacían las necesidades más elementales del<br />
consumo local. Dicha actividad se tenía que regir por los<br />
derechos de monopolio señorial.<br />
Los marqueses, ejercían un control total sobre la vida<br />
municipal a través del nombramiento del alcalde mayor<br />
y los regidores del cabildo, así como de otros cargos de<br />
gobierno y justicia. También nombraban los procuradores,<br />
los escribanos y aquellos oficios que eran claves para<br />
controlar la economía de la localidad. Esa situación,<br />
junto a los odiados monopolios ejercidos sobre hornos,<br />
molinos de harina y aceite, lugares de fabricación de<br />
jabón, vino, vinagre y aceite y, sobre las tabernas, llevó a<br />
los aguilarenses a pleitear contra esas imposiciones en la<br />
Isabel de Farnesio<br />
Arte, Arqueología e Historia<br />
267