You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
112<br />
Positivistas y <strong>liberales</strong> condenaban<br />
cualquier idea de emancipación:<br />
“las mujeres que hablan de<br />
feminismo no son buenas, y<br />
quieren llamarse en vez de malas,<br />
adelantadas y <strong>liberales</strong>, que es<br />
nombre que suena mejor”, El<br />
Colmillo Público, 1904.<br />
xix; sus planteamientos se sustentaban en la falta de democracia<br />
y libertad de expresión, así como en la creciente<br />
influencia de la Iglesia católica en el país, especialmente<br />
favorecida por las élites porfirianas. En estos primeros años<br />
de formación de la oposición, las ideas trascendieron el<br />
liberalismo tradicional para incluir demandas de diversos<br />
grupos sociales, entre ellas las de obreros y campesinos. 18<br />
Lo anterior abrió un espacio para que también las mujeres<br />
se manifestaran, tanto en mítines callejeros y huelgas, como<br />
en la prensa; demandaron derechos como ciudadanas y<br />
se pronunciaron sobre la situación general del país, pero<br />
también cuestionaron la subordinación a que estaban sujetas.<br />
Al hacer públicas sus ideas, colocaron a la jerarquía<br />
patriarcal ante un nuevo reto para el cual no tardaron en<br />
encontrar argumentos de réplica.<br />
Su incursión en espacios políticos motivaba opiniones<br />
contradictorias entre los círculos positivistas y <strong>liberales</strong>.<br />
El positivismo condenaba el incipiente feminismo que “masculinizaba<br />
a las mujeres” sacándolas de la esfera doméstica,<br />
lo cual hacía peligrar el orden familiar existente. Por<br />
eso, Horacio Barreda sostenía que “el sentido en que habrá<br />
18 James D. Cockcroft, Precursores intelectuales de la Revolución Mexicana<br />
(1900–1913), 25ª ed. México: Siglo xxi Editores, 2005, p. 9.<br />
de fomentarse el feminismo en México tendrá que consistir<br />
en afirmar la situación doméstica de la mujer, para la que se<br />
haya admirablemente preparada”. 19 Por su parte, los diarios<br />
opositores llamaban la atención del público femenino con<br />
artículos dirigidos a su sexo y alentaban su participación,<br />
siempre que con ello no contravinieran su función de esposa<br />
y madre. Por ejemplo, el periódico El Colmillo Público en<br />
un artículo de junio de 1904 declaraba: “las mujeres que<br />
hablan de feminismo no son buenas, y quieren llamarse en<br />
vez de malas, adelantadas y <strong>liberales</strong>, que es nombre que<br />
suena mejor”. 20 Dejando de lado las contradicciones, cabe<br />
destacar que tanto positivistas como <strong>liberales</strong> estaban de<br />
acuerdo en que las mexicanas se expresaran si con ello no<br />
descuidaban su misión suprema de ángeles del hogar.<br />
19 Horacio Barreda citado en María de Lourdes Alvarado Martínez Escobar,<br />
op. cit., p. 139.<br />
20 Citado en Ángeles Mendieta Alatorre, La mujer en la Revolución<br />
Mexicana, 1ª ed. México: Instituto Nacional de Estudios Históricos de la<br />
Revolución Mexicana, 1961, p. 36.