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Ambos aspectos, heredados y promovidos más<br />
tarde por el liberalismo decimonónico, llegarían incluso a<br />
configurarse como un ideal de “sentido común” y de la imagen<br />
de la mujer ilustrada como estandarte o símbolo de las<br />
naciones modernas. 9 Tal como puede apreciarse, por ejemplo,<br />
en el siguiente fragmento de un discurso pronunciado<br />
hacia 1877, en la inauguración de una de las primeras instituciones<br />
públicas de educación para mujeres en Mérida,<br />
Yucatán, el Instituto Literario de Niñas: “La educación de la<br />
mujer […] es hoy y será siempre, de la más alta significación<br />
social en todo pueblo civilizado y libre, a la par que<br />
la más imperiosa obligación, el más sagrado deber de todo<br />
gobierno ilustrado y liberal”. 10<br />
Es en este contexto que a lo largo del presente<br />
capítulo revisaremos, en primer lugar, algunas de las voces<br />
e ideas más importantes que, ya desde la metrópoli o en<br />
territorio virreinal, se manifestaron a favor y en contra de la<br />
compleja preceptiva ilustrada que imperó en los territorios<br />
novohispanos. Así pues, daremos cuenta de la manera en<br />
que las ideas ilustradas y las normas jurídicas y sociales<br />
de ellas derivadas, acentuaron la exclusión de las mujeres<br />
como sujetos de derecho, al negarles los beneficios legales<br />
y de orden civil que el propio pensamiento ilustrado postulaba<br />
como derecho natural del hombre (sin el cual era<br />
impensable el pleno ejercicio de su libre albedrío); pero,<br />
al mismo tiempo, establecieron la justificación esencial del<br />
acceso de las mujeres a la educación formal: el reconocimiento<br />
de su capacidad racional. Ello significó, entre otras<br />
muchas cosas, la posibilidad de apropiarse de herramientas<br />
culturales que progresivamente les permitirían posicionarse<br />
como sujetos sociales y, más allá de la preceptiva legal, moral<br />
y pedagógica imperante, establecer su propia agenda<br />
9 Mónica Bolufer, Mujeres e Ilustración, op. cit., p. 17.<br />
10 Rodolfo Menéndez, Boceto Biográfico. Magisterio Yucateco. Rita<br />
Cetina Gutiérrez 1846–1908, Mérida, Yucatán, 2011, p. 16.<br />
de aspiraciones, demandas<br />
y luchas. “Considerando que la<br />
De esta manera,<br />
en las siguientes<br />
ignorancia, el olvido o el<br />
desprecio de los derechos de<br />
la mujer son las únicas causas<br />
páginas atenderemos<br />
la polémica la corrupción de los gobiernos,<br />
de las desgracias públicas y de<br />
han decidido exponer en<br />
suscitada en torno al<br />
una solemne declaración<br />
argumento de que la los derechos naturales,<br />
“naturaleza” sensible, inalienables y sagrados de la<br />
mujer”.<br />
y no racional de las<br />
mujeres, justificaba Olympe–de–Gouges, Declaración de los<br />
su exclusión de los derechos de la mujer y de la ciudadana.<br />
ámbitos públicos, y su<br />
presunta inclinación a<br />
lo familiar y doméstico. Entre otras, revisaremos las obras<br />
de los ya mencionados Benito Feijoo y Josefa Amar, autores<br />
españoles que, hemos dicho, tuvieron amplia recepción entre<br />
diversos sectores de la élite novohispana. Su influencia<br />
se expresó en una amplia gama de obras de orden pedagógico<br />
y literario, tales como la novela La Quijotita y su prima,<br />
del famoso escritor José Joaquín Fernández de Lizardi (El<br />
Pensador Mexicano), mejor conocido por su primera gran<br />
obra, El periquillo Sarniento; e incluso en la voz de las mujeres<br />
novohispanas en tránsito hacia el siglo xix, cuya opinión<br />
sobre muchas de las problemáticas derivadas de este<br />
proceso apareció en diversos medios impresos de la época,<br />
entre ellos El Diario de México, una de la publicaciones<br />
periódicas más importantes del virreinato.<br />
En un segundo momento, pasaremos revista a dos<br />
aspectos centrales que, de modo distinto, se vieron influidos<br />
por las ideas ilustradas y afectaron de manera sustancial<br />
a las mujeres. El primero tiene que ver con las nuevas y<br />
crecientes oportunidades de acceso a una educación básica<br />
(también llamada elemental) de la población femenina,<br />
que promovió la política ilustrada con puntualidad hacia