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Aprovechó para censurar a las madres que “no abren los<br />
ojos a las niñas”, pues con ello contribuían a la degeneración<br />
de la raza; la idea daba a la función maternal una<br />
connotación cívica llevándola al espacio público, a la política<br />
en particular, si consideramos que en esos años, cuando<br />
el conflicto revolucionario todavía no llegaba a su fin, una<br />
de las principales preocupaciones fue el repoblamiento del<br />
país; de ahí que se inculcara en las madres la función de<br />
productoras de futuros ciudadanos para la patria. Esta idea<br />
se convirtió en una constante en el discurso posrevolucionario,<br />
de tal manera que la maternidad como obligación<br />
moral, imperante en el siglo xix, se transformó en una obligación<br />
política. Para Hermila, la mujer tenía el derecho y la<br />
obligación de orientar su sexualidad hacia la formación de<br />
uniones que repercutieran en la renovación social.<br />
El Congreso se estructuró en función de preguntas<br />
que fueron elaboradas por el propio Alvarado y que debían<br />
ser analizadas y respondidas por una comisión. Las interrogantes<br />
planteadas en el primero fueron:<br />
¿Cuáles son los medios sociales que deben emplearse para<br />
manumitir a la mujer del yugo de las tradiciones?<br />
¿Cuál es el papel que corresponde a la escuela primaria en<br />
la reivindicación femenina, ya que aquélla tiene como<br />
finalidad preparar para la vida?<br />
¿Cuáles son las artes y ocupaciones que debe fomentar y<br />
sostener el Estado, y cuya tendencia sea preparar a la<br />
mujer para la vida intensa del progreso?<br />
¿Cuáles son las funciones públicas que puede y debe desempeñar<br />
la mujer a fin de que no solamente sea elemento<br />
dirigido sino también dirigente de la sociedad?<br />
Las preguntas uno y dos generaron discusiones tan acaloradas<br />
que casi llegaron a la violencia física. Las resoluciones<br />
aprobadas tuvieron tendencia moderada para todos los<br />
casos: 68<br />
1. Educación laica y anticlerical, pero sin tocar lo relativo al<br />
sexo; los conocimientos de la naturaleza de la mujer restringidos<br />
a escuelas secundarias y Normales, “siempre<br />
que se tenga la seguridad de que la mujer ha adquirido<br />
ya la facultad de concebir”.<br />
2. Introducción a la educación racionalista, pero no su inmediata<br />
implementación, sino hasta que las educadoras<br />
conocieran bien sus objetivos.<br />
3. Dedicación a nuevas actividades, artes y ciencias, pero<br />
sólo las consideradas femeninas: fotografía, encuadernación,<br />
joyería, trabajos de henequén, imprenta, litografía<br />
y medicina (por los cuidados femeninos que puede<br />
requerir un paciente).<br />
4. Puede la mujer del porvenir desempeñar cualquier cargo<br />
público que no exija vigorosa constitución física, pues no<br />
habiendo diferencia alguna entre su estado intelectual y<br />
el del hombre, es tan capaz, como éste, de ser elemento<br />
dirigente de la sociedad. Es decir, crear la posibilidad de<br />
votar y ser votadas.<br />
Si uno de los objetivos de Alvarado para promover el congreso<br />
era que se aprobara la educación racionalista, 69 no<br />
lo logró. La idea de emancipación femenina a través de la<br />
educación, mostró rasgos innovadores en cuanto al tipo de<br />
68 El informe del Congreso, en op. cit., pp. 129–131.<br />
69 Formación científica y racional, mixta y laica, complementada con<br />
educación moral, estética y física para que fuera integral, y en donde<br />
se desarrollaran todas las capacidades del individuo para formar seres<br />
humanos libres.