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Este mismo tipo de registro histórico, publicaciones
y revistas, da cuenta de las polémicas y discusiones que respecto
de la educación femenina mantuvieron los diferentes
sectores interesados en dicha cuestión, incluidas las mujeres,
quienes a través de los “Remitidos” revelan, por ejemplo,
que además de leer los tradicionales catecismos, las cartillas
sobre enfermedades y las novelas (en especial francesas
e inglesas), estaban al tanto de los autores que reflexionan
sobre la educación femenina. 20 Entre los más importantes:
José Fernández de Moratín, Luis Vives (Cienfuegos), Tomás
de Iriarte, la Princesa Beaumont, la Marquesa de Sillery, Fenelon,
Ovidio, Chateubriand, Samuel Richardson y Erasmo,
además de los españoles ya referidos. Tal como expresan
dos señoritas que señalan haber leído juntas la obra de
Feijoo:
¿Qué me dirás amiga mía de todos estos discursos?
¡Cuántos nos juzgan incapaces de dictar una carta, no
diré como las que María Gurmay escribía a Francisco de
Sales, sino como las nuestras, que no pasan los términos
de la sencillez con que nos comunicamos nuestras ideas!
[si bien es cierto] que muchos sabios nos han hecho
justicia sobre este particular, .. como de la Francia el
Abad de Bellegarde, a Mr. Frejin de la Italia […] y al
Illmo. Feijoo, cuya obra comenzamos a leer cuando nos
separamos. 21
En este sentido, vale la pena subrayar desde ahora
la importancia de la prensa como “uno de los primeros
medios disponibles –si no el único– para que además de
expresar y polemizar en favor de sus ideas”, 22 las mujeres
se posicionaran gradualmente como agentes de opinión
pública, lo cual resultaría fundamental para que, más allá
de las restricciones legales, culturalmente se constituyeran
como sujetos políticos.
La literatura es otro registro que nos permite conocer
la amplia difusión del pensamiento ilustrado, aunque en
este caso más bien en desacuerdo con las ideas propagadas
por Feijoo y Josefa Amar. De manera especial la obra
del conocido escritor José Joaquín Fernández de Lizardi: La
Quijotita y su prima. Historia muy cierta con apariencias
de novela, publicada en dos tomos hacia 1818 y 1819,
respectivamente. La trama de esta novela descansa en la
comparación entre dos hermanas de una familia acomodada,
Eufrosina y Matilde, así como de sus respectivas hijas,
Pomposa (la Quijotita) y Pudenciana.
Eufrosina encarna el tipo de mujer educada a la
usanza del antiguo orden colonial, y que Lizardi promueve
erradicar: “supersticiosa, frívola y vana. Consagrada al
lujo, la última moda y el ajetreo social”; alejada del cumplimiento
de su deber materno, pues además de malcriar a
Pomposa con excesivo consentimiento, delega su cuidado
y educación a las nodrizas y sirvientas. 23 Matilde, por el
contrario, representa el ideal ilustrado de la domesticidad
que Lizardi admira, y que dibuja en la figura de una mujer
20 Con el título de “remitidos” se identifica toda la correspondencia que
los lectores del Diario enviaban a la dirección editorial del mismo, y que
abordaban asuntos muy diversos, desde anuncios e información sobre
acontecimientos sociales, hasta textos breves que discurrían sobre algún
suceso de actualidad o que había sido tratado en el Diario.
21 “Cartas de una Señorita Mexicana que reside por ahora fuera de su
patria, a una amiga suya que se halla en esta corte“, Diario de México,
junio 26 de 1806.
22 María de Lourdes Alvarado, La Educación “Superior” femenina en
el México del siglo xix. Demanda Social y reto gubernamental, México:
cesu–unam–Plaza y Valdés, 2004, p. 26.
23 Silvia Arrom, op. cit., p. 34.