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proponen una teoría interesante: el sufrimiento y el heroísmo
de los líderes estudiantiles en la cárcel, virtudes inaccesibles
para las bases, avasallaron la memoria colectiva y borraron
las acciones de los miles de participantes que no tuvieron un
papel protagónico o de dirección. El espacio de la cárcel
convirtió a los líderes en mártires portavoces de todos los
activistas políticos, en la voz del pueblo, y reconfiguró la
interpretación del movimiento estudiantil. 38
En el campo, las mujeres parecían haber quedado
al margen de los cambios sociales acontecidos en la década.
Sin embargo, a partir de la experiencia del 68, algunas
se incorporaron a los grupos armados que operaban a
principios de los años setenta, principalmente en Guerrero.
Muchas de las campesinas que vivían en las zonas de
conflicto, comenzaron a involucrarse cuando las funciones
asignadas a su sexo –dentro y fuera del hogar– se volvieron
irrealizables debido a la precariedad de las condiciones en
que estaban inmersas. Su activismo se debió en ocasiones
a sus lazos familiares o comunitarios con los guerrilleros,
pero en la mayoría de los casos, a un deseo auténtico de
cambiar el orden social, entonces vigente, ante la imposibilidad
de hacerlo por la vía democrática. La participación
femenina en la guerrilla no fue masiva debido precisamente
a que las condiciones sociales y económicas las obligaban
a sustituir en el trabajo agrícola a los hombres que tomaban
las armas. No obstante, muchos nombres de mujeres detenidas,
encarceladas y desaparecidas integran las listas de los
informes de la Fiscalía Especial para los Delitos del Pasado,
publicados en 2006, 39 como testimonio de su intervención
en distintos grupos subversivos.
Lo cierto es que la participación de las mujeres
en los cambios sociales fue un parteaguas en el advenimiento
del nuevo feminismo –uno de los movimientos más
significativos del siglo xx–, y representó una oportunidad de
emancipación y una transformación de las mentalidades sin
precedente.
El activismo de las mujeres en
los cambios sociales de los años
sesenta fue un parteaguas en el
advenimiento del nuevo feminismo.
38 Ibid., pp. 594–604.
39 Para conocer más sobre las mujeres en los movimientos armados,
consultar Autores varios, Informe Histórico presentado a la Sociedad Mexicana,
Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado,
serie “México: Genocidio y delitos de lesa humanidad Documentos básicos
1968–2008”, 1ª ed. México: edición del Comité 68 Pro Libertades
Democráticas, A. C., 2008; Adela Cedillo, “Mujeres, guerrilla y terror
de Estado en la época de la revoltura en México”, en La guerra sucia en
México (Blog) en: http://guerrasuciamexicana.blogspot.mx/2010/03/
mujeres–guerrilla–y–terror–de–estado.html; Macrina Cárdenas Montaño,
“La participación de las mujeres en los movimientos armados”, en Verónica
Oikión Solano y Marta Eugenia García Ugarte (eds.), Los movimientos
armados en México, siglo xx, México: El Colegio de Michoacán/ciesas,
2006, pp. 609–624.