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En la película Victimas del pecado (Emilio Fernández,
1951) Rosa, una cabaretera subyugada por su
explotador y amante, abandona durante una noche fría a
su hijo recién nacido en un basurero ubicado en un oscuro y
sórdido rincón de la ciudad de México. Violeta (Ninón Sevilla),
compañera de profesión de la “malvada” mujer, se da
cuenta de los hechos y salva a la criatura; se convierte en su
madre putativa y logra educar a Juanito, un niño amoroso y
trabajador. En contraparte Rosa, tras abandonar a su hijo,
se pierde en un lóbrego destino al lado de un hombre que
la golpea y maltrata sin que se vuelva a saber más de ella.
Violeta encontrará definitivamente su exoneración de toda
mancha en el amor de Juanito.
A través de las pantallas cinematográficas se difundía
con visión oficialista y de manera masiva una imagen
ideal de la mexicana: la mujer “domada”, que se encuentra
en el polo extremo de las que han pretendido violentar con
su conducta descarriada los modos en que deben vivir las
“buenas” mujeres, a saber, las dedicadas al hogar y a la
maternidad y que se comportan de manera sumisa frente a
la autoridad masculina.
Así, las novedosas campañas mediáticas, las revistas
femeninas y el cine nacional, difundían el mensaje de la
emancipación femenina a través del aligeramiento de los
trabajos domésticos y del gozo por el espacio doméstico y
respeto a la jerarquía del varón protector, mas no el cambio
de estatus para la mujer en la sociedad: el sexo femenino
Los discursos sobre lo femenino
no se transformaban; se
elaboraban renovaciones de la
ética tradicionalista aplicada a la
mujer moderna –redomesticación
femenina–.
seguía siendo el
pilar moral de la
familia en México
y, por tanto,
su espacio de
realización ideal
era el doméstico.
A mediados
del siglo
xx, el hecho de
que existieran
madres trabajadoras
o jefas de
familia solteras
no había cambiado
por completo
Ninón Sevilla, primer plano. © (327720)
el ideal femenino conaculta.inah.sinafo.fn.méxico.
decimonónico de
“estar casada;
y los cambios que ha habido en relación con las mujeres
solteras pueden haberse efectuado más bien en el área del
trabajo y de la educación que en el área de los valores
sociales”. 98 De acuerdo con June Nash, la familia latinoamericana
moderna era entendida como una forma nuclear
dominada por el varón. Aun cuando existían bastantes hogares
encabezados por mujeres y cuando muchas debían
trabajar para apoyar el ingreso familiar, el espacio simbólico
de la mujer era antes doméstico que público. 99
98 Asunción Lavrín, “Algunas consideraciones finales sobre las tendencias
y los temas en la historia de las mujeres de Latinoamérica”, en Asunción
Lavrín (comp.), Las mujeres latinoamericanas, perspectivas históricas,
México: fce, 1978, p. 359.
99 June Nash, “Perspectiva de la mujer latinoamericana en las ciencias
sociales”, en María del Carmen Elu de Leñero, La mujer en América
Latina, tomo II, México: sep Setentas, 1975, p. 18.