13.02.2013 Views

izquierdas

izquierdas

izquierdas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Las <strong>izquierdas</strong> latinoamericanas, de la oposición al gobierno<br />

nuestro segundo enunciador, como hemos visto, desde una posición<br />

de enunciación que recupera el modelo de la llegada peronista,<br />

realiza un nuevo giro fundacional en la historia argentina, consistente<br />

en contraponer a un pasado demonizado, un futuro promisorio de<br />

bienestar. Para esta operación era necesario el desdibujamiento de las<br />

fronteras delimitadas por gestiones previas y la demarcación de un<br />

punto de inflexión radical, a partir del cual construir una nueva argentina<br />

signada por la inclusión y la equidad. la defensa de los derechos<br />

humanos, la defensa de la salud y la educación, la distribución del<br />

ingreso, el incentivo a la producción y al mercado interno eran otras<br />

de las tantas políticas que el Estado debía promover, convirtiéndose<br />

en el reparador de injusticias pasadas – tanto del gobierno dictatorial<br />

como de las gestiones democráticas que le sucedieron–.<br />

Esta estrategia, asimismo, había supuesto una específica operación<br />

de semantización de las jornadas de 2001: si, en efecto, múltiples<br />

significaciones circulaban durante estos acontecimientos, Kirchner<br />

asume –y fabrica– para la ciudadanía una demanda particular: la de la<br />

comunidad sanadora que él venía a implantar. obviaba, de este modo,<br />

que amplios sectores de la sociedad no sólo no habían sufrido bajo el<br />

paradigma de política desarrollado en las últimas décadas, sino que<br />

incluso, recurrentemente, lo habían defendido.<br />

ahora bien, a través de estas articulaciones se delimitaba el antagonismo<br />

propio del campo político: los adversarios del nuevo país<br />

propuesto eran aquellos actores que, por su defensa del modelo pasado,<br />

se convertían en una amenaza en el escenario actual. Este antagonismo,<br />

sin embargo, podía diluirse mediante la inclusión de dichos<br />

actores, previa regeneración moral, dentro de la comunidad nacional,<br />

más acá de las fronteras kirchneristas previamente descritas. Esta comunidad,<br />

por su parte, no sólo proponía reasignar derechos perdidos<br />

sino que también buscaba construir un sentimiento de pertenencia a<br />

una totalidad.<br />

de esta forma, entonces, nuestro segundo enunciador se asentaba<br />

sobre los lineamientos de su antecesor, profundizando aun más sus<br />

articulaciones: aquel modelo identificado por duhalde, por momentos<br />

vagamente, se define en Kirchner con una estricta precisión temporal<br />

que supera la imprecisión primera. En efecto, ya no se trata de diferenciarse<br />

sólo del pasado reciente sino también respecto del período<br />

iniciado con el último gobierno dictatorial, culminado en las jornadas<br />

de 2001. a su vez, el imaginario kirchnerista no sólo dramatiza ese<br />

pasado sino que incluso le adjudica, como hemos visto, rasgos infernales.<br />

Por último, el discurso de nuestro segundo enunciador acentúa<br />

el rol del Estado, que llega a constituirse como el espacio comunitario<br />

de recomposición de las heridas causadas por ese pasado infernal.<br />

272

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!