www.philosophia.cl / Escuela de Filosofía de la Universidad ARCIS 110del manejo de combinaciones, plagios, narrativas apócrifas, y afectos desinteriorizados. Pigliadespersonaliza el duelo y desubjetiviza el afecto. El nudo de la trama se condensa en unfundamental problema literario y filosófico: ¿cómo pensar un afecto irreductible al sujeto? ¿Cómoevitar la trampa del narcisismo como escudo protector contra el duelo?¿Cómo pensar el lutocomo positividad, más allá de todo resentimiento? La máquina parte del duelo de Macedonio,pero en lugar de hacer que sus relatos vuelvan a él, en vez de reforzarle el ego y optar por laseudosalida romántica, Piglia disemina el duelo como relato apócrifo. Las historias rondan por laciudad, circulan y recomponen el olvidadizo paisaje postdictatorial. Si el estado inventa nombresfalsos, si sitúa a sus víctimas en memorias ajenas, en tercera persona, haciéndoles mirar a lahistoria a través de los ojos de otro, la única alternativa es manufacturar el anonimato, multiplicarojos y nombres como máquinas de guerra impersonales. Russo: “mantengo una posibilidad viva,me entiende, una forma disponible, ésa es la lógica de la experiencia, siempre lo posible, lo queestá por venir, una calle en el futuro, una puerta entornada en una pensión cerca de Tribunales y elbordoneo de una guitarra” (147).Regresando a la pregunta por la relación entre lo mimético y el duelo en la postdictadura,se podría afirmar que la función restitutiva de la mímesis estriba, para Piglia, en el potencial delrelato en cuanto práctica diseminadora de nombres propios. El trabajo del duelo exigiría, sobretodo, un gesto de desubjetivación, un escape de la prisión del nombre propio que enviaría elduelo a un más allá de cualquier egología, hacia el reino de la memoria colectiva. La operaciónretórica crucial en La ciudad ausente es la identificación de lo apócrifo y lo colectivo: lo apócrifo,por definición, pertenece a todos. Lo paradójico es que lo apócrifo nunca está, en Piglia,desprovisto de afecto. La diseminación apócrifa sería aquí una instancia de la singularidad de unafecto. El lenguaje más privado de Macedonio y Elena, sus recuerdos más singulares - anterioresy fundantes respecto a sus propias firmas - establecen un sistema apócrifo de citas en que serescata la memoria de la polis. Sustraer el afecto de su asociación con un vocabulario egológico yromántico para diseminarlo por la polis: éste es el camino es espiral de la restitución en Piglia. Larestitución depende de la supervivencia del arte del relato porque lo que ha de ser restituidopertenece al orden de la experiencia. Sólo en este terreno, afirma La ciudad ausente, puede lainfinita tarea del duelo ser siquiera planteada.CAPÍTULO 5PASTICHE Y REPETICIÓN:LA FIRMA FALSIFICADA DEL ÁNGEL DE LA HISTORIAyo cantono es invocaciónSolo nombres que regresan.(Alejandra Pizarnik) 180180 Alejandra Pizarnik, Otros poemas, 1959, Obras completas: Poesía y prosa (BuenosAires: Corregidor, 1998), 64.
www.philosophia.cl / Escuela de Filosofía de la Universidad ARCIS 111¿Cómo es posible que la devaluación de todos los valores altos y el rechazo de todo loque afirmara la vida viniera a constituir la base de toda moral, el paradigma de todo lo “bueno”?¿Cómo la negación de la vida, la negación del único mundo que hay, vino a prevalecer sobre elabrazo afirmativo de la vida? ¿De dónde viene el poder persuasivo de “esa terrible paradoja deun ‘Dios en la cruz’, ese misterio de una crueldad inimaginable y autocrucifixión de Dios para lasalvación del hombre”? 181 ¿Por qué el resentimiento, la piedad y la compasión al fin y al cabotriunfaron, si la misma noción de triunfo es lo que este pensamiento niega en su retórica deautodegradación? ¿Cómo explicar la paradoja de un Dios que conquista y emerge victoriosoprecisamente al rendirse a la crucifixión por sus propios seguidores? ¿De dónde viene laatracción por lo negativo?Éstas son preguntas con las que estarán bastante familiarizados los lectores de Nietzsche.Las planteo aquí como forma de introducir el hilo que guiará mi lectura de uno de los principalesnovelistas brasileños contemporáneos, Silviano Santiago. En el análisis de su Em Liberdade(1981), la referencia a Nietzsche será crucial porque, además de dialogar con la historia brasileñareciente y armar su argumento a partir de las tareas que tal historia propone a la memoriacolectiva, Em Liberdade es la novela postdictatorial que va más lejos en el cuestionamiento deuna cierta mitología de lo negativo dentro de la inteligentsia latinoamericana. El punto de partidade Santiago se deja leer en contrapunto con la reevaluación nietzscheana de todos los valores:¿cuál es el proceso por el cual la ideología reactiva del martirio se vuelve el eje central de losimaginarios e identidades nacionales?En la genealogía de Nietzsche el origen de un concepto de superioridad moral siempre sepuede remontar a un concepto de superioridad política, a una diferencia en una relación depoder. Las marcas positivas o negativas sólo a posteriori adquieren connotaciones morales,invariablemente como resultado de la posición de uno dentro de un campo de fuerzas. La morales parásita de la política y la economía, no a la inversa. En un pasaje fascinante de la Genealogía(pasaje que recuerda, incluso, al primer Marx), Nietzsche retrotrae la noción moral de culpa[Schuld] al concepto material de deudas [Schulden], desplazamiento clave que lleva a Nietzschea establecer la génesis de la responsabilidad y de la memoria misma en la relación contractualentre deudor y acreedor. 182 Los memoriosos son los endeudados, pareciera sugerir Nietzsche.La culpa sería aquí instancia de una memoria que se despliega sobre la base de las promesashechas a un acreedor. Sería entonces la memoria, no el olvido, la categoría reactiva, negativa enesta dicotomía. En la topología nietzscheana, la fuerza superior, la victoriosa, no necesita ningunareminiscencia, se reproduce sin remisión a cualquier memoria. Es el esclavo el que estácondenado a la memoria. El recuerdo y la culpa (dos nociones que parecen inseparables enNietzsche, como si el recuerdo, por su misma naturaleza, ya implicara el peso de una deuda) seimponen cada vez que uno se enfrenta a la derrota en una confrontación de fuerzas. El legado dela derrota es, entonces, una memoria sumergida en la culpa, incapaz de ese olvido activo que,181 Nietzsche, Zur Genealogie der Moral, S.W. 4, 35.182 Nietzsche, Zur Genealogie der Moral, S.W. 4, 58-65.