National Experiences - British Commission for Military History
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252 ai r p o w e r in 20 t H Ce n t u ry do C t r i n e s a n d em p l o y m e n t - nat i o n a l ex p e r i e n C e s<br />
El 9 de Agosto de 1.924 se convocó un curso de instrucción para <strong>for</strong>mar Oficiales<br />
pilotos del Servicio de Aviación para el mando de Grupos y Escuadrillas. Como<br />
director del Curso se nombró al Teniente Coronel Kindelán, que tenía la categoría<br />
aeronáutica de Jefe de Base, máximo grado existente en la Aviación Militar española.<br />
Kindelán, fue el autor de las 24 conferencias sobre Doctrina de la Guerra Aérea,<br />
Táctica Aérea y Organización Aérea, que recogió en un libro que se editó en 1.925 y<br />
constituye el primer tratado de Doctrina y Arte Militar Aéreo redactado en España.<br />
En él proponía un plan quinquenal que elevara sustancialmente los efectivos del<br />
número de escuadrillas, desarrollara la industria nacional y produjera 250 aviones<br />
anualmente. Luego destacaba las características esenciales de la Aviación: la universalidad<br />
en el espacio y en el tiempo, y la rapidez. De ellas deducía las características<br />
de la aviación militar: generalidad de empleo, movilidad, gran rendimiento ofensivo<br />
en relación al coste, utilización parcial en paz, acción política, y rapidez en la movilización.<br />
Además Kindelán destacaba una característica especial: “la Aviación está<br />
hecha para la defensiva estratégica”, aunque no consideraba a la Aviación como un<br />
arma defensiva, ya que “su característica táctica es la ofensiva”. También recordaba<br />
que la Aviación era muy adecuada para la defensa del territorio nacional español,<br />
porque proporciona una economía general de fuerzas notable. Sostenía que la Aviación<br />
está hecha por naturaleza para la defensa estratégica de países como España o<br />
Italia, con largas fronteras marítimas, puesto que era idónea para el ataque por líneas<br />
exteriores y la defensa por líneas interiores. Había que crear una Aviación Independiente<br />
con misiones estratégicas propias. De aquí pasaba a defender la importancia<br />
del dominio del aire, aunque recordaba que el dominio del aire tiene limitaciones de<br />
espacio y tiempo.<br />
Kindelán decía: “hoy nuestra potencialidad económica nos permite crear una<br />
fuerza aérea respetable y una fuerza marítima de defensa de costas suficiente para<br />
bastar a nuestra defensa. Y entonces el problema de nuestra protección de las fronteras<br />
terrestres se reduce a términos que caen dentro de nuestras posibilidades económicas”.<br />
Por otra parte, la Aviación es el arma política por excelencia, al ser la<br />
única que puede atacar en cualquier momento el corazón del territorio enemigo.<br />
Pero tampoco perdía la cabeza y recordaba que: “no se debe creer que la Aviación<br />
es dócil instrumento para la fantasía de aquéllos que, por ignorancia o exceso de<br />
imaginación, pretenden emplear esta Arma en misiones que no la corresponden o en<br />
utopías de difícil realización”.<br />
Kindelán diferenciaba entre el Servicio de Aviación y el Arma Aérea: “El Servicio<br />
actúa siempre en colaboración con el resto del ejército. El Arma no; en el Arma, la<br />
aviación unas veces colabora…; otras tiene misiones autónomas, misiones que no<br />
dependen más que de la suprema dirección de la guerra, del Alto Mando en su escalón<br />
jerárquico superior, o elevándonos más todavía, del Gobierno de la Nación”. Al Arma<br />
Aérea le correspondían todas las misiones de carácter independiente, en las que “la<br />
aviación obra por su efecto destructor sobre el adversario.” Estas misiones se subdividían<br />
en “combate aéreo”, “combate aéreo terrestre” y “combate aéreo naval”.