National Experiences - British Commission for Military History
National Experiences - British Commission for Military History
National Experiences - British Commission for Military History
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
258 ai r p o w e r in 20 t H Ce n t u ry do C t r i n e s a n d em p l o y m e n t - nat i o n a l ex p e r i e n C e s<br />
respondió en Julio con Sobre la acción en el mar y en el mismo número Longoria<br />
respondió con “Contestación obligada”, que establecía la universalidad de empleo<br />
de la Aviación en la guerra, ya que podía atacar los objetivos que le señalase el Mando<br />
Supremo, fuese en la mar o en tierra, con completa independencia de la Marina<br />
o del Ejército. Como Longoria decía, la experiencia demostraba que los aeroplanos<br />
podían hundir cualquier buque, luego “no hay objetivos invulnerables a los ataques<br />
aéreos” y “la aviación puede aplicarse en el mar a destruir los medios de tráfico – ya<br />
sean flotantes o situados en tierra – y atacar a las fuerzas navales organizadas y sus<br />
bases de apoyo”.<br />
Finalmente, el Comandante Fernández Longoria escribió otros tres artículos bajo<br />
el título Preparación de la guerra aérea, que se publicaron en la “Revista de Aeronáutica”<br />
de Octubre a Diciembre de 1.935. En ellos detallaba ampliamente sus ideas<br />
sobre la guerra aérea, tratando de presentar una Doctrina de Empleo muy completa,<br />
en la línea de Douhet.<br />
Durante la Guerra Civil de 1.936 a 1.939, el bando nacional escogió al General<br />
Kindelán para mandar su Aviación Militar y éste unió las Aviaciones Militar y Naval,<br />
para aprovechar dos características de la Aviación: su universalidad de empleo y su<br />
movilidad estratégica; su buen juicio y firme dirección fueron un factor decisivo en<br />
la guerra en el aire, que tuvo un influjo crucial en las operaciones de superficie. El<br />
bando gubernamental también se decidió por la unificación de los Servicios de Aviación<br />
en Julio de 1.936. Ambos bandos aplicaron la idea de una única Fuerza Aérea,<br />
que se podía dedicar a obtener el dominio del aire en una zona de operaciones, a<br />
operaciones estratégicas y al apoyo táctico a las fuerzas de superficie.<br />
Al acabar la guerra se creó el Arma de Aviación con Escala única y, enseguida, un<br />
Ministerio y un Ejército del Aire independiente, con su propio uni<strong>for</strong>me y Academias<br />
y Escuelas propias; pero se marginó al General Kindelán, pese a que había creado el<br />
Arma Aérea unificada y la había llevado a la victoria, y se nombró, uno tras otro, a<br />
dos Ministros del Aire que no eran aviadores. Pero la doctrina era muy clara: había<br />
que constituir una Armada Aérea con capacidad para bombardear decisivamente la<br />
retaguardia enemiga, como arma disuasoria para defender la neutralidad española.<br />
Por motivos políticos Kindelán y el Infante D. Alfonso se fueron rápidamente<br />
excluídos de la nueva cúpula aeronáutica, pero pudieron defender y difundir sus<br />
ideas.<br />
La primera obra de Kindelán de esta época, Mis cuadernos de Guerra, era un<br />
relato de ésta y sus prolegómenos, pero contenía algunos detalles de doctrina, como<br />
cuando decía que la obtención del dominio aéreo pasaba por tres fases: “la etapa previa<br />
de supremacía o preponderancia, que no era aún el dominio, la de adquisición<br />
de éste y la de ejercicio y conservación del mismo”. Igualmente está clara la idea del<br />
mando único de la gran masa de Aviación. La polivalencia y la rapidez de reacción<br />
del Arma Aérea también quedan patentes en este libro.<br />
Desde Diciembre de 1.940 hasta Marzo de 1.942, el Infante D. Alfonso escribió