07.05.2013 Views

LA CONJURACION ANTICRISTIANA - AMOR DE LA VERDAD

LA CONJURACION ANTICRISTIANA - AMOR DE LA VERDAD

LA CONJURACION ANTICRISTIANA - AMOR DE LA VERDAD

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

ajador del Imperio en Copenhague; a este dio el nombre de guerra de Tiberio.<br />

Dijo al primero: “Jesucristo envió a Sus apóstoles para predicar en el universo. Tú,<br />

que eres mi Pedro, ¿por qué te dejaré ocioso y tranquilo? Id pues, y predica”. El<br />

año de 1776 precede bien poco el de la Revolución; y ahí están sus frágiles principios.<br />

Pero no olvidemos que la francmasonería era organizada hace mucho más<br />

tiempo y que la secta de los Iluministas no había sino que darle su último impulso.<br />

Menos de dos años más tarde, el día 13 de marzo de 1778, Weishaupt , en una<br />

carta dirigida a Tiberio y a Merz, así se felicitaba por el suceso de su emprendimiento:<br />

“Tengo extremo placer en comunicaros los felices progresos de mi orden…<br />

Os conjuro, poneos manos a la obra. En cinco años, quedaréis espantados con lo<br />

que habremos hecho. Lo más difícil fue superado. Veréis que daréis pasos de gigantes”.<br />

Lo que le daba esta confianza era la facilidad que encontraba para seducir a los<br />

hombres que gozaban de la consideración pública. En Eichstad, donde se encontraba<br />

la logia que él mismo presidía, llevó sus tentativas hasta sobre dos canónigos.<br />

Luego él pudo enviar misioneros para toda la Alemania y toda Italia. Más tarde<br />

explicaremos como el Iluminismo se introdujo en Francia.<br />

Del fondo de su santuario, él acompañaba a todos sus adeptos, manteniendo<br />

con ellos continuas relaciones. La correspondencia de Voltaire es prodigiosa, pero<br />

ella no se aproxima de la de Weishaupt.<br />

Además, como Voltaire, o mejor, como D’Alembert, él se esforzaba en colocar<br />

a sus hombres junto a los príncipes, a introducirlos en sus consejos, a hacerlos penetrar<br />

en sus congresos 1. “La historia sin duda un día dirá con qué arte él supo, en<br />

el congreso de Rastadt, hacer combinar los intereses de su secta con los de las Potencias<br />

y con sus juramentos de destruirlas todas. De entre sus discípulos, quien<br />

mejor lo siguió en ese aspecto fue Xavier Zwack: “Nadie jamás supo mejor aparentar<br />

aires de un servidor celoso por su príncipe, por su patria y por la sociedad, al<br />

mismo tiempo en que conspiraba contra su príncipe, su patria y la sociedad”.<br />

En diferentes lugares de su obra, en el curso de la narración, Barruel es llevado<br />

a hablar de los grandes personajes que Weishaupt ganó en gran número, sea por él<br />

mismo, sea por sus afiliados. El supo hacer de esos príncipes instrumentos, apóstoles<br />

y propagandistas de una conspiración de la cual deberían ser las primeras<br />

víctimas.<br />

Pero, aquello a que Weishaupt más se aplicó, fue en conquistar la dirección de<br />

la francmasonería. Desde los primeros días de la fundación de su secta, y tal vez<br />

incluso antes, él comprendiera el partido que contaba para sus conspiraciones de la<br />

1 Ver Barruel, IV, p. 47, 52, 174, etc.<br />

Página 106 de 206

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!