07.05.2013 Views

LA CONJURACION ANTICRISTIANA - AMOR DE LA VERDAD

LA CONJURACION ANTICRISTIANA - AMOR DE LA VERDAD

LA CONJURACION ANTICRISTIANA - AMOR DE LA VERDAD

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

mentarse, porque la Iglesia de Francia recobrará, con eso, la plenitud de su libertad.<br />

La Cámara comenzó la discusión en el mes de marzo de 1905.<br />

Una cuestión preliminar se imponía: ¿el parlamento tiene el derecho de votar<br />

una ley que dice respecto a tantos intereses sin consultar al país? Se abstuvieron de<br />

discutir esa cuestión. El marqués de Rosambo emitió la opinión de que el grupo de<br />

oposición católica debía oponerse a cooperar en lo que quiera que fuese con esa ley<br />

y a discutir las condiciones de nuestra expoliación y de nuestra sumisión. Mejor le<br />

parecía que dejasen la sala de sesiones, notificando a Francia las razones de esa<br />

actitud, y de no retornar sino cuando el trabajo de las logias hubiese terminado. La<br />

opinión era prudente. Pero nosotros no estamos más en el tiempo de las resoluciones<br />

francas.<br />

En los primeros días de abril, fue votada la inclusión en votación de los artículos<br />

por 358 contra 317 votos, y al mismo tiempo el régimen de urgencia, que dispensaba<br />

una segunda deliberación, garantía inscrita en la ley. La logia dijo: Hacedlo<br />

rápidamente.<br />

Berthouliet requirió que antes del voto definitivo se aprovechase la sesión de<br />

los consejos municipales y generales para informarse sobre el estado de la opinión<br />

pública a respecto de esa cuestión. Esa moción fue repelida.<br />

Entre tanto, sobrevino, en el curso de la discusión, la cuestión de la delación,<br />

que hundió a Combes. El es substituido por Rouvier. Cuando Combes introducía<br />

la cuestión de la separación en el Consejo de Ministros, Rouvier, pronunció contra<br />

ese proyecto un discurso vehemente, terminado con esta frase: “Si hiciereis la separación,<br />

yo os entrego mi Ministerio; podréis tomarlo”.<br />

La masonería ordena, Rouvier obedece. La discusión continuó y, antes de separarse,<br />

a fines de abril, la Cámara votó el famoso artículo 4°. El punto culminante<br />

de la ley, aquello que ella quería conseguir por encima de todo, era la institución<br />

de las asociaciones de culto según los siete artículos del título IV. Los consejos parroquiales,<br />

en el momento de disolverse, deberían transmitir a esas asociaciones los<br />

bienes que administraban. La gran objeción fue que esas asociaciones, tales como la<br />

ley las quería, no conocían la jerarquía católica, ni eran de ella conocidas. Lo que se<br />

pretendía era crear otras tantas iglesitas cismáticas cuantas parroquias había en<br />

Francia. Las intenciones, los fines perseguidos por la secta estaban muy claramente<br />

desvendados. Se comprende que ocurriría una resistencia no menor de que aquella<br />

que fue producida por la constitución civil del clero. Era preciso disfrazar esas fina-<br />

Página 198 de 206

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!