LA CONJURACION ANTICRISTIANA - AMOR DE LA VERDAD
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eras son quemadas en París, en la provincia los castillos son incendiados. El temible<br />
juego de las linternas comenzó; cabezas fueron llevadas en las puntas de las<br />
lanzas; el monarca fue sitiado en su palacio, sus guardias fueron inmolados; él<br />
mismo es llevado cautivo de la capital.<br />
Comienza entonces el reino del Terror organizado, a fin de dejar a la secta toda<br />
la libertad para ejecutar sus siniestros proyectos.<br />
Ese reino fue inaugurado por vuelta de finales del mes de julio de 1789. En<br />
los diferentes puntos de Francia, dice Frantz Funck-Brentado, de este a oeste, de<br />
norte a sur, se esparció súbitamente un terror extraño, terror loco. Los habitantes<br />
de los campos se refugiaban en las ciudades, cuyas puertas eran cerradas en seguida<br />
con gran prisa. Los hombres se reunin armados en las calles; eran, se gritaba, los<br />
bandidos. En ciertas localidades, un mensajero llegaba, con los ojos incendiados,<br />
cubierto de polvo, en un caballo blanco de espuma. Los malechores estaban allá, en<br />
la colina, emboscados en los bosques, en dos horas ellos estarían en la ciudad.<br />
(Franz Funck-Brentano describe aquí lo que se pasó particularmente en Auvergne,<br />
en el Delfinado, en la Guyenne, etc.). El recuerdo de esa alarma permanecerá muy<br />
vivo entre las generaciones que lo conocieron. “El gran miedo”, fue la denominación<br />
que se le dio en el centro de Francia. En el sur se dice “la grande pourasse”,<br />
“el gran pánico”. En otras partes fue “el día de los bandidos”, “el jueves loco”, “el<br />
viernes loco”, conforme el día en que el pánico explotó. En la Vandé, el recuerdo<br />
del acontecimiento permaneció bajo el nombre de “las desaveniencias de la Magdalena”.<br />
El miedo, en efecto, estalló allí en la fiesta de la Magdalena, el día 22 de<br />
julio”.<br />
El decreto que la Asamblea Nacional publicó el día 10 de agosto de 1789, confirma<br />
en su preámbulo la generalidad y simultaneidad del pánico. “Las alarmas<br />
1 Prueba de que la Revolución Francesa fue organizada por una asociación cosmopolita: Auguste Vaquerie<br />
escribió en el Rappel del 27 del mesidor del año 102, o dicho de otra manera, del 15 de julio de 1794, un artículo<br />
que terminaba con estas palabras:<br />
“Señor de la Bastilla, el pueblo la demolió, y pareció que un peso era quitado sobre el pecho del mundo.<br />
“No fue solamente Francia que respiró. En Londres hubo un banquete en el cual Sheridan brindó “a la destrucción<br />
de la Bastilla, a la Revolución”.<br />
“La toma de la Bastilla fue dad como materia de concurso en las universidades inglesas.<br />
“Italia la aclamó por la boca de Alfieri.<br />
“En San Petersburgo, las personas se abrazaban en las calles, llorando de alegría.<br />
“Ocurre que, en efecto, todos los pueblos estaban interesados en las liberación del pueblo fraternal, que no<br />
trabaja para él solamente y que cuando hace una declaración de derechos, declara, no los derechos del francés,<br />
sino los derechos del hombre”.<br />
Ségur, que estaba entonces en San Petersburgo, escribió en sus Memorias: “A pesar de que la Revolución seguramente<br />
no fuese amenazadora para nadie en San Petersburgo, no conseguiría expresar el entusiasmo que<br />
excitaban, entre los comerciantes, los burgueses y los jóvenes de una clase más elevada, la caída de esa prisión<br />
del Estado y el primer triunfo de una libertad tempestuosa. Franceses, rusos, ingleses, dinamarqueses, alemanes,<br />
holandeses, se felicitaban como si hubiesen sido liberados de una corriente que pesaba sobre ellos. Cada<br />
cual sentía que una nueva aurora se levantaba”.<br />
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