07.05.2013 Views

LA CONJURACION ANTICRISTIANA - AMOR DE LA VERDAD

LA CONJURACION ANTICRISTIANA - AMOR DE LA VERDAD

LA CONJURACION ANTICRISTIANA - AMOR DE LA VERDAD

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

quince años más tarde, el establecimiento del régimen constitucional, del mecanismo<br />

parlamentario que permitiría continuar la guerra contra la Iglesia.<br />

En 1799 Luis XVIII habría podido librarse más fácilmente del acoso masónico.<br />

Habría estado más libre para restaurar la antigua constitución nacional, despojada<br />

de sus abusos. El restablecimiento del culto católico se imponía, ya lo vimos, al<br />

punto de que Napoleón no vio nada más urgente de que negociar con el Papa. Si<br />

Luis XVIII, en vez de Napoleón, hubiese negociado el Concordato, éste habría sido<br />

otro. El mostró bien eso a través de las negociaciones cuya iniciativa él tomó junto<br />

a la Santa Sede después de la segunda Restauración, con el objetivo de mejorar<br />

aquella que Napoleón le había legado; y, libre, la Iglesia de Francia, purificada por<br />

el martirio, desembarazada de las manchas del jansenismo, habría podido recolocar<br />

a la nación cristianísima en las vías de la verdadera civilización.<br />

La Europa entera estaba en confusión… Era, pues, a toda Europa, y no apenas<br />

a Francia, que era preciso ofrecer fundamentos sólidos. Los soberanos de Rusia, de<br />

Austria y de Prusia, quisieron empeñarse en esa labor, y establecieron entre ellos el<br />

célebre pacto que fue llamado de “Santa Alianza”.<br />

“Hay en esa cuestión – escribía J. de Maistre de San Petersburgo al conde de<br />

Vallaise – un aspecto tocante y respetable que debe ser apreciado y venerado, independientemente<br />

de toda la cuestión que podríamos traer al espíritu que la dictó<br />

y QUE ES HOY BASTANTE PO<strong>DE</strong>ROSO PARA HACERSE OBE<strong>DE</strong>CER POR LOS<br />

SOBERANOS”. ¿Cuál era ese espíritu? ¿En quién, en qué, estaba encarnado para<br />

tener tal poder? J. de Maistre, en una nueva comunicación a su rey, dice que ese<br />

espíritu era el de los iluministas. “Es ese iluminismo (no el de Weishaupt, sino el<br />

de Saint-Martin) que dictó el pacto de París, y sobre todo las frases extraordinarias<br />

del artículo que repercutió en toda Europa… Estoy perfectamente al par de las<br />

máquinas que esas personas movilizan para aproximarse del augusto autor del<br />

pacto (el emperador de Rusia), y para apoderarse de su espíritu. Las mujeres entraron<br />

en eso, como entran en todos los lugares… Si el espíritu que produce esa pieza<br />

tuviese hablado claro, leeríamos en el título: Pacto por el cual tales y tales príncipes<br />

declaran que todos los cristianos no son sino una familia que profesa la misma religión,<br />

y que las diferentes denominaciones que las distinguen no significan nada”<br />

1 . Esa religión universal, en la cual los sectarios querían desde luego confundir<br />

todas las religiones, ellos llamaban de cristianismo trascendental, y la concebían co-<br />

1 J. de Maistre, Œuvres Complètes; t. XIII, pp. 219-222.<br />

Página 140 de 206

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!