LA CONJURACION ANTICRISTIANA - AMOR DE LA VERDAD
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dejó una gran reputación de probidad, de rectitud y de firmeza entre nosotros. Lo<br />
conocí bien y durante largo tiempo, pues estoy en Besançon hace cuarenta y dos<br />
años y él falleció recientemente. El contó muchas veces el hecho a mí y a otros”.<br />
Besson, entonces vicario general del cardenal Mathieu y después obispo de<br />
Nîmes, completó esa revelación en estos términos: “Puedo confirmar la carta del<br />
cardenal, mediante detalles que no son sin interés y que me fueron relatados frecuentes<br />
veces en Besançon, no solamente por el Presidente Bourgon, sino por<br />
Weiss, bibliotecario de la ciudad, miembro del Instituto y el principal autor de la<br />
Biografía universal, publicada bajo el nombre de Michaud. Bourgon y Weiss eran<br />
hombres de bien en la plena acepción de la palabra… Raymond vivió hasta 1839.<br />
Fue él quien les reveló el secreto de las logias sobre la condenación de Luis XVI, en<br />
una edad en que no se debe más al mundo sino que la verdad. Weisse y el Presidente<br />
Bourgon citaban aun a ese respecto las afirmaciones del barón Jean Debry,<br />
prefecto de Doubs. Francmasón convencional y regicida, ese personaje, que los<br />
acontecimientos trajeron a la luz, representó en Besançon un papel honrado, en los<br />
doce años que allí pasó, de 1801 a 1814”.<br />
Pero he aquí lo que acabará por convencer. En los primeros días de marzo de<br />
1898, el Revdo. Pe. Abel, jesuita de gran renombre en Austria, en una de sus conferencias<br />
para hombres venidos a Viena por ocasión de la Cuaresma, dijo: “En 1784,<br />
se realizó en Francfort una reunión extraordinaria de la gran Logia Ecléctica. Uno<br />
de los miembros sometió a votación la muerte de Luis XVI, rey de Francia, y de<br />
Gustavo, rey de Suecia. Ese hombre se llamaba Abel. Era mi abuelo”. Por haber un<br />
diario judío, La Nouvelle Presse Libre, reprendido al orador por haber desconsiderado<br />
de esa manera a su familia, el P. Abel, en la conferencia siguiente, dijo: “Mi<br />
padre, al morir, me señaló, como su última voluntad, que yo me aplicase en reparar<br />
el mal que él y nuestros parientes cometieron. Si yo no tuviese que ejecutar esa<br />
prescripción del testamento de mi padre, fechado el 31 de julio de 1870, no hablaría<br />
de la manera como lo hago” 1.<br />
Gustavo Bord creía que la muerte del rey sólo fue decidida después de Varennes.<br />
Sin duda él ignora esa declaración del P. Abel, que fue publicada en los<br />
diarios austriacos en el momento en que fue hecha, esto es, en la fecha encima indicada.<br />
1 El P. Abel es hijo del famoso ministro de Baviera cuya carrera merece ser recordada en dos palabras.<br />
Inicialmente liberal, agente del partido prusiano-masónico en Baviera, y, por consiguiente, fiel a la tradición de<br />
su padre, el francmasón de 1784, el ministro Abel se convirtió después de la muerte de su mujer, y se tornó<br />
aquello que los prusianos llaman clerical, un ultramontano, pues fue de Prusia que salieron esas dos palabras,<br />
inmediatamente adoptadas por las logias.<br />
Abel fue derribado en 1847 por la… danzarina Lola Montes. El rey quería hacerla duquesa, y para eso era<br />
preciso un acto de ciudadanía, que el ministro rechazó firmar. El fue despedido y substituido por Maurer, el<br />
primer protestante que fue ministro en la Baviera. Su primer acto fue la firma del pretendido acto.<br />
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