LA CONJURACION ANTICRISTIANA - AMOR DE LA VERDAD
LA CONJURACION ANTICRISTIANA - AMOR DE LA VERDAD
LA CONJURACION ANTICRISTIANA - AMOR DE LA VERDAD
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
CAPÍTULO XVI<br />
BAJO <strong>LA</strong> RESTAURACION 1<br />
Desmoronado el imperio, Francia juzgó que solamente aquellos que la habían<br />
construido podrían, después de tanto desorden y tanta ruina, levantarla y hacerla<br />
volver a entrar en sus caminos. Ella volvió, pues, los ojos para los hijos de San<br />
Luis 2 . Ya en 1799 su corazón los llamaba. La Francmasonería había querido, si el<br />
régimen monárquico se impusiese nuevamente, entregarnos a príncipes extranjeros.<br />
Mirabeau había adelantado la candidatura del duque de Brunswick y, desde<br />
1791, Carro había propuesto al jefe de los jacobinos la candidatura del duque de<br />
York, hijo del rey de Inglaterra. Pero la secta sentía tan bien que el deseo de la nación<br />
pedía el retorno de los Bourbons, y que un día u otro ese deseo irresistible<br />
vencería, que quiso tomar la delantera y enseñorearse del movimiento para dominarlo<br />
y dirigirlo. Dos masones eméritos, los generales Malet y Oudet, fundadores<br />
de la sociedad de los Filadelfios en Besançon, entablaron negociaciones con Luis<br />
XVIII. Ellos fueron adelantados por Sieyès y aquellos que, como él, preparaban la<br />
dictadura que fue inaugurada con el golpe de Estado del 18 de brumario.<br />
Lo que la masonería quería, por un medio u otro, era, incluso sujetándose a<br />
las necesidades que se imponían, salvar la Revolución, mantener su espíritu y resguardar<br />
los más posible sus conquistas. La secta obtuvo eso de Napoleón por el<br />
despotismo; de Luis XVIII pretendía obtenerlo de ella llamaba “libertad”. Lo que<br />
Malet y Oudet habían querido negociar con Luis XVIII era, hecho que ocurrió<br />
1 La restauración corresponde al período en que reinaron Luis XVIII (1815-1825) y Carlos X (1825-1830), ambos<br />
hermanos de Luis XVI. (N. del T.)<br />
2 Un escrito no sospechoso, Duvergier de Hauranne, reconoció que “los Borbones no encontraron ningún apoyo<br />
en las monarquías del continente”.<br />
Los adversarios de la restauración fueron obligados a admitir en el primer momento que ningún movimiento<br />
fue más nacional. El mariscal Ney: “Para evitar a la patria los males terribles de una guerra civil, los franceses<br />
no tenían otra alternativa sino que abrazar la causa de sus antiguos reyes”. El regicida Camot: “Ninguna duda<br />
razonable podía ser levantada sobre el deseo de la nación francesa a favor de la dinastía de los Bourbons”. La<br />
Fayette decía que estaba feliz por ver el retorno de los Bourbons “volverse un signo y una garantía de flicidad<br />
y de libertad pública” y acrecentaba que estaba profundamente unido a esa satisfacción nacional.<br />
Y Guizot: “Cuanto más se prueba que ninguna voluntad general, ninguna gran fuerza, interna o externa,<br />
aclamó o hizo la Restauración, pero se colocará en evidencia la fuerza propia e intima de esa necesidad superior<br />
que determinó el acontecimiento”.<br />
Página 139 de 206