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Discurso crítico y Modernidad. Ensayos escogidos - gesamtausgabe

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<strong>Discurso</strong> <strong>crítico</strong> y m odernidad<br />

La que sería el ala izquierda del tríptico (5. y 6. capítulos) concentra<br />

las escenas históricas y lo hace en un ambiente sombrío como ciertos espacios<br />

de Orozco. Del Virreinato al presente, en el que domina la representación<br />

de la Revolución Mexicana — un movimiento al mismo tiempo<br />

“desesperado y redentor”, “una portentosa fiesta en la que el mexicano,<br />

borracho de sí mismo, conoce al fin, en abrazo mortal, al otro mexicano”—<br />

, la historia de México, que “tiene la realidad atroz de una pesadilla”,<br />

aparece como una serie trágica de repetidos intentos fallidos de<br />

“superar el estado de soledad”.<br />

En el tercer panel, que sería el ala derecha del tríptico (7. y 8. capítulos),<br />

Octavio Paz ofrece al lector, en una galería de retratos — empleando<br />

un recurso que en Rivera es irónico aldeano— una apreciación panorámica<br />

de la “intelligenzia” mexicana importante para él, en la que destacan<br />

Vasconcelos, Ramos, Cuesta, Reyes, O’Gorman. El panel, y con él el<br />

tríptico, terminan con un intento de ubicar las posibilidades políticas del<br />

estado mexicano en el contexto de la Guerra Fría.<br />

Cerrado el tríptico, en el reverso unido de las dos alas, Octavio Paz<br />

entrega todavía una última escena — que lo mismo que conclusiva podría<br />

ser introductoria— , intitulada “Dialéctica de la soledad”, en la que esta<br />

experiencia, que sería “el fondo último de la condición humana”, es representada<br />

como siendo vencida por el amor.<br />

Fascinado, el lector debe quedar — y en efecto queda— sin palabras<br />

ante esta enigmática “figura en medio del paisaje”, que OP ha puesto ante<br />

él; la imagen conceptual del Mexicano: una presencia que, al mismo<br />

tiempo que espanta, invita también a la empatia79.<br />

La deslumbrante perfección del texto del Laberinto vuelve imposible<br />

tocar algo en él con la crítica sin que ello implique una incomprensión del<br />

mismo como un todo. La seducción que emana de él está por encima de la<br />

discrepancia respecto de su contenido que el lector pueda ir teniendo a lo<br />

largo del libro.<br />

¿A que puede deberse esto? Pienso que al hecho de que el texto de<br />

OP es un texto barroco, y que los textos barrocos se cierran en sí mismos<br />

como una monda; están allí para persuadir, al ser admirados, y no para<br />

fundamentar y poder ser refutados.<br />

denso ambiente de la cantina a la atmósfera enrarecida del Colegio de México;<br />

algo de esa invitación osada en sueños por los surrealistas para que los cosacos<br />

hagan beber a sus caballos en las fuentes de Paris.<br />

79 Esta perfección intocable del Laberinto ha tenido consecuencias devastadoras<br />

entre muchos de los intelectuales latinoamericanos que se han ocupado de la<br />

historia cultural de México. El Laberinto ha sido para ellos un anteojo sin el<br />

cual México estaría condenado a la invisibilidad.<br />

f 129 J

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