Discurso crítico y Modernidad. Ensayos escogidos - gesamtausgabe
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<strong>Discurso</strong> <strong>crítico</strong> y m odernidad<br />
aquiescencia, les permita sin embargo decir “no”, afirmarse pese a todo,<br />
casi imperceptiblemente, en la línea de lo que fue su identidad.<br />
Y la estrategia del mestizaje cultural es sin duda barroca, coincide<br />
perfectamente con el comportamiento característico del ethos barroco<br />
de la modernidad europea y con la actitud barroca del posrenacentismo<br />
frente a los cánones clásicos del arte occidental. La expresión del “no”,<br />
de la negación o contraposición a la voluntad del otro, debe seguir un camino<br />
rebuscado; tiene que construirse de manera indirecta y por inversión.<br />
Debe hacerse mediante un juego sutil con una trama de “síes” tan<br />
complicada, que sea capaz de sobredeterminar la significación afirmativa<br />
hasta el extremo de invertirle el sentido, de convertirla en una negación.<br />
Para decir “no” en un mundo que excluye esta significación es necesario<br />
trabajar sobre el orden valorativo que lo sostiene: sacudirlo, cuestionarlo,<br />
despertarle la contingencia de sus fundamentos, exigirle que dé más de sí<br />
mismo y se transforme, que se traslade a un nivel superior, donde aquello<br />
que para él no debería ser otra cosa que un reino de contra-valores condenado<br />
a la aniquilación pueda “salvarse”, integrado y re-valorado por él.<br />
El comportamiento barroco elemental<br />
El comportamiento humano, entendido como un actuar de manera<br />
libre en una situación dada, tiene su núcleo en el instante de la elección<br />
como decisión o toma de partido134. En el instante de la elección se pone<br />
en práctica la capacidad de introducir la determinación en medio de una<br />
serie indeterminada de cosas, es decir, de tomar partido por unas para tal<br />
o cual efecto, y de descartar las otras. Determinatio negatio est, como decía<br />
Spinoza aplicando el principio del tertium non datur. toda afirmación de<br />
una posibilidad implica la negación de las demás; no hay cómo comportarse<br />
ante las cosas del mundo sin adjudicarles a todas, aunque sea con validez<br />
efímera, una de las dos categorías: aprovechable o desechable, sustancial<br />
o accesorio135. Las cosas son siempre, en cada caso, necesarias hic et nunc<br />
“para mi mundo” o innecesarias para él, indispensables o prescindibles; su<br />
presencia actual dentro de él o bien tiene un fundamento, una razón de ser,<br />
o bien es completamente casual, fortuita. No existe una tercera categoría<br />
134 Maurice Merleau-Ponty, La structure du comportement, Presses Universitaires<br />
de France, París, 1942, p. 175.<br />
135 De acuerdo a los contenidos empíricos a los que se aplican, estos calificativos<br />
pueden llamarse también, el primero: esencial, de contenido, total, central, principal,<br />
urgente, indispensable, etcétera, y el segundo: aparente, formal, parcial,<br />
periférico, secundario, postergable, ornamental, etcétera.<br />
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