Dossier: Louis Althusser - Dialéktica

mir características específicas a un flujo de producción, que es cortado,
reconducido, vuelto a producir por una cadena enrevesada de máquinas.
Dicen los autores en El Anti Edipo: “El problema del socius siempre ha sido
éste: codificar los flujos del deseo, inscribirlos, registrarlos, lograr que ningún
flujo fluya si no está canalizado, taponado, regulado.” (1974: 39)
Las máquinas funcionan efectuando cortes en los flujos productivos.
Estos cortes no son separaciones sino que son cortes productivos en el sentido
de que reconducen el flujo hacia algún tipo de producción. Al mismo
tiempo, las máquinas nunca funcionan solas sino que son máquinas de
máquinas, acopladas entre sí. Mientras una máquina efectúa un corte con
respecto a aquella que promovía el flujo productivo, a su vez produce un
flujo productivo con respecto a aquella que se le acopla. “En una palabra,
toda máquina es corte de flujo con respecto a aquélla a la que está conectada,
pero ella misma es flujo o producción de flujo con respecto a la que se le
conecta. Esta es la ley de la producción de producción.” (Ídem: 42)
El hablar de “producción de producción” implica la asunción de
una posición teórico-política que sostiene que el motor del desenvolvimiento,
tanto del individuo como de la humanidad y las sociedades, no
son las necesidades a cubrir en tanto carencia de alguna cosa sino que en
la base de la constitución subjetiva y material hay un flujo productivo
permanentemente afirmativo. “La producción deseante es multiplicidad
pura, es decir, afirmación irreductible a la unidad.” (Ídem: 47) Esto implica
tanto producción de vida como producción de muerte, producción de
producción y de antiproducción, producción de invenciones y producción
de carencias. Lo que permite este posicionamiento teórico es poner la
potencia del hacer y del transformar como fundante e inmanente y no
como un resultado de una condición humana a la que siempre le falta
algo; sin negar, sin embargo, que exista la falta ni la negación de la vida y
de la producción (como en el capital) pero en tanto producción. Si la carencia
es producida, entonces podemos pensar en producir otra cosa, no
así si es fundante y constitutiva. Lo mismo sucede si nos referimos a la
desigualdad, a la explotación, etc.
Una de las características de esta “producción de producción” es
que las máquinas también participan enteramente de la producción, no
sólo como productoras sino como insumos de la producción, por lo que se
consumen en el mismo producir, siendo el producir parte del producto. Así,
“las máquinas deseantes al funcionar no cesan de estropearse, no funcionan
más que estropeadas: el producir siempre se injerta en el producto, y las
piezas de la máquina también son el combustible” (Ídem: 38)
Volviendo a la antropología, entonces, entenderla como máquina producti-
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