Dossier: Louis Althusser - Dialéktica
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UNIVERSIDAD / LA ANOMALÍA SALVAJE.<br />
go de las elecciones del año pasado y la imposibilidad de la actual Junta<br />
Departamental de elegir un Director y un Secretario Académico. La mayoría<br />
de Profesores y la mayoría de Graduados, con cinco votos, impulsaban la<br />
candidatura de Cattaruzza, del sector que gobernó la carrera hasta 2002, y<br />
presionaban a la Junta para que se reuniera y diera quorum. Por otra parte,<br />
estaban los cinco votos de la oposición al llamado «romerismo», constituidos<br />
por la minoría de profesores, la minoría de graduados y la mayoría y<br />
minoría estudiantil, que, de distinta manera, estaban de acuerdo en impedir<br />
que el sector romerista retomara el control de la carrera. En este marco de<br />
«empate hegemónico» y de no acuerdo entre los cinco miembros de la Junta<br />
«opositores», se abrió un conflicto, en principio institucional. Para marzo,<br />
todas las otras carreras de Filosofía y Letras ya tenían a sus nuevas Juntas<br />
Departamentales en funciones. En ese momento hubo una primera reunión<br />
entre las distintas agrupaciones estudiantiles de la carrera para plantear<br />
que se abriera el debate al resto de las/los compañeras/os docentes, estudiantes<br />
y graduados. Ya en esta primera reunión aparecieron algunos matices<br />
en cuanto a cómo debía resolverse la situación. Para algunos, había<br />
que acordar solamente la fecha para una asamblea interclaustros y que allí<br />
se votara un programa y un director y luego se exigiría a la Junta que respetara<br />
lo decidido en la asamblea. Otros, en cambio, señalábamos que debíamos<br />
aprender de las experiencias fallidas de los últimos años, que debíamos<br />
construir el proceso asambleario y que debíamos invitar a todos los<br />
sectores, incluidos quienes no suelen participar en este tipo de instancias –<br />
bien por su escepticismo, bien porque políticamente son contrarios a la<br />
democracia directa-. Señalábamos, además, que la asamblea no tenía que<br />
ser un mero ámbito donde se plebiscitaran las consignas o los acuerdos de<br />
nombres ya negociados previamente, sino que debían discutirse (y resolverse)<br />
allí todas las cuestiones. Mucho más no se avanzó en ese encuentro, pero<br />
sí acordamos realizar dos reuniones abiertas preparatorias de la asamblea,<br />
que se realizaría en la segunda semana de clases. En esas dos reuniones, el<br />
15 y el 30 de marzo, se acercaron nuevos compañeros, aunque la mayoría de<br />
ellos eran del sector más activo de la carrera, los que usualmente participan<br />
de este tipo de discusiones. En esos días de marzo se habló con distintos<br />
sectores de graduados y profesores para que participaran del proceso de<br />
discusión y decisión colectiva. Lo mismo se hizo pasando por cursos y a<br />
través de numerosos volantes. Durante esos días, una serie de compañeras/os<br />
de la carrera intentamos que la discusión trascendiera el marco de la<br />
«rosca« habitual, de la negociación entre los posibles historiadores<br />
«papables» -que la hubo- y propusimos, cuando nos reunimos con compañeros<br />
de otras corrientes y grupos de la facultad, que la discusión y resolución<br />
del conflicto fuera lo más colectiva, abierta y transparente posible. En<br />
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