Dossier: Louis Althusser - Dialéktica
Dossier: Louis Althusser - Dialéktica
Dossier: Louis Althusser - Dialéktica
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
DOSSIER ALTHUSSER / POLÍTICA Y ORGANIZACIÓN.<br />
puede esperar que las masas se expresen, salvo en formas salvajes que pueden<br />
conducir incluso a resultados trágicos. El mismo Bobbio afirma que la<br />
regla del juego tal como la conciben los ideólogos clásicos, no es más que<br />
una parte de un juego distinto, mucho más importante que el del derecho. Si<br />
el partido mantiene su autonomía tiene todo por ganar y nada que perder al<br />
respetar y proponer la regla del juego. Y si ésta debe cambiar, no puede ser<br />
más que para responder a mayores libertades, en el sentido de agotamiento<br />
del estado. Pero si el partido pierde su autonomía de clase, de iniciativa y de<br />
acción, entonces la misma «regla del juego» servirá a intereses completamente<br />
distintos de los de las masas populares.<br />
Y puesto que se habla de la «regla del juego», después de haber<br />
hablado del comunismo como tendencia y realidad «intersticial», es necesario<br />
quizás decir una palabra sobre este futuro lejano que tal vez no se<br />
realizará jamás, pero que se perfila «como vacío» en nuestra sociedad.<br />
Suelen utilizarse algunas fórmulas idealistas, como aquella de Marx sobre<br />
el «reino de la libertad» que sucedería al «reino de la necesidad» (¡!),<br />
sobre el «libre desarrollo de los individuos» y su «libre asociación». Quiero<br />
admitir que el comunismo sea el advenimiento del individuo liberado<br />
por fin de la carga ideológica ética que quiere hacer de él «una persona».<br />
Pero no es enteramente cierto que Marx lo entendiera de este modo. Basta<br />
pensar en su constante vincular el libre desarrollo de los individuos a la<br />
«transparencia» de sus relaciones sociales extraídas finalmente de la opacidad<br />
del fetichismo. No es casual que el comunismo aparezca como lo<br />
contrario del fetichismo, lo contrario de todas las formas reales en que se<br />
presenta el fetichismo: en la figura del comunismo como inversa del fetichismo<br />
lo que aparece es la libre actividad del individuo, el fin de su<br />
«alienación», de todas las formas de su alienación: fin del estado, fin de la<br />
ideología, fin de la política misma. En el límite, una sociedad de individuos<br />
sin relaciones sociales.<br />
Aun cuando se trata solamente de una anticipación, que debe ser<br />
pensada como tal y con extrema prudencia, no podemos aceptar esta imagen<br />
edénica de la transparencia de los seres humanos, de sus cuerpos, de<br />
las condiciones de su vida y su libertad. Si ha de haber una sociedad comunista,<br />
ésta tendrá sus relaciones de producción –denominación que es<br />
necesario dar también a la «libre asociación de los productores»– y, en<br />
consecuencia, sus relaciones sociales, y, en consecuencia, sus relaciones<br />
ideológicas. Y si esta sociedad será finalmente liberada del estado, no es<br />
posible decir que ella verá el fin de la política: el fin de la política en sus<br />
últimas formas burguesas, seguramente, pero aquella política (la única<br />
que pudo ver Marx hasta el límite de su «punto ciego») será sustituida por<br />
una política distinta, por una política sin estado, que no es difícil de conce-<br />
27 dialéktica