Dossier: Louis Althusser - Dialéktica
Dossier: Louis Althusser - Dialéktica
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ir una vez que se comprende que ni siquiera en nuestra sociedad estado y<br />
política se confunden.<br />
Puede parecer gratuito dejarse llevar por este pequeño juego teórico.<br />
Sin embargo, la experiencia demuestra que la representación incluso<br />
vaga que del comunismo se forman los hombres, y en especial los comunistas,<br />
no es ajena a su manera de concebir la sociedad actual y sus luchas<br />
inmediatas y próximas. La imagen del comunismo no es inocente: puede<br />
alimentar ilusiones mesiánicas que garantizan las formas y el porvenir de<br />
la acción presente, desviarlas del materialismo práctico del «análisis concreto<br />
de la situación concreta», alimentar la idea vacía de «universalidad»<br />
que se encuentra en algunos equívocos sucedáneos, como el «momento<br />
general», donde una cierta «comunidad» de intereses generales ha de ser<br />
satisfecha como esbozo lejano de aquella que un día podrá ser la universalidad<br />
del «pacto social» en una «sociedad regulada». Esta imagen alimenta,<br />
en fin, la vida (o la supervivencia) de conceptos dudosos en los<br />
cuales, sobre el modelo inmediato de la religión, de la cual no ha proporcionado<br />
ninguna teoría, Marx ha pensado el fetichismo y la alienación, conceptos<br />
que, después de haber ocupado todo el espacio de los Manuscritos de 1844,<br />
regresan con fuerza en los Grundrisse y dejan inclusive su marca en El<br />
capital. Para superar su enigma es necesario volver a la imagen que Marx<br />
tenía del comunismo: se puede comenzar a descifrarlo superponiendo a<br />
esta imagen problemática una crítica materialista. Es a través de esta crítica<br />
que se puede encaminar la individualización de lo que en Marx queda<br />
de inspiración idealista del Sentido de la historia. Teórica y políticamente<br />
vale la pena hacerlo.<br />
4) Me resulta bastante difícil entrar en la interesante discusión que se está<br />
desarrollando en Italia (Amato, Ingrao, De Giovanni), aunque no fuese<br />
mas que por razones de semántica política... estos compañeros piensan<br />
con una terminología muy elaborada y abstracta, a partir de algunas indicaciones<br />
conceptuales de Gramsci, cosa que nos plantea a nosotros, provincianos<br />
franceses, temibles problemas de comunicación.<br />
Diré, sin embargo que me siento muy próximo a Ingrao cuando<br />
subrayar la necesidad de tener en cuenta lo más posible los movimientos<br />
originales que se desarrollan fuera de los partidos, cuando muestra el cambio<br />
de actitud de los partidos (rechazando toda visión totalizante) y cuando<br />
declara que la cuestión del partido político es planteada en términos<br />
nuevos. Me convence menos (tal vez lo he entendido mal) cuando, por<br />
ejemplo, parece hablar del estado y de la esfera política como constitutivos,<br />
en cierto modo, de toda política; cuando habla de «socialización de la<br />
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