Dossier: Louis Althusser - Dialéktica
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DOSSIER ALTHUSSER / ORGANIZACIÓN Y POLÍTICA.<br />
primer lugar, desecha la «sociedad de naturaleza» como instancia originaria.<br />
Suprimido el concepto de sociedad de naturaleza, Hegel avanza sobre<br />
el de sociedad civil y afirma que ésta no es el Estado en su realidad profunda,<br />
sino que es sólo un momento en el desarrollo del espíritu objetivo. Este<br />
desarrollo del espíritu comienza en la familia (unidad indiferenciada), pasa<br />
a través de la sociedad civil (instauración de la diferencia, momento de la<br />
oposición) y llega al Estado (retorno al fundamento, disolución de la oposición,<br />
dinamismo totalizante que encierra dentro de sí y supera el particularismo<br />
de la sociedad civil). Con otras palabras, la sociedad civil es para<br />
Hegel la instancia mediadora entre la familia y el Estado, la fase del desarrollo<br />
histórico que está a medio camino entre la disgregación de la unidad<br />
familiar y la todavía inacabada reconstitución de la unidad sustancial y no<br />
sólo formal, orgánica y no sólo mecánica, ética y no sólo jurídica, del Estado.<br />
Pero, ¿qué es materialmente la sociedad civil para Hegel? Es la estructura<br />
económica y social delineada en los países más avanzados de Europa<br />
occidental, es decir, el mercado. De esta manera, el dualismo<br />
fundacional teorizado por el iusnaturalismo se conserva, pero cambia de<br />
términos. Ya no se trata del contraste entre sociedad de naturaleza y sociedad<br />
civil, sino entre sociedad civil y sociedad política (o Estado). O sea, lo<br />
que para los iusnaturalistas era el estado de naturaleza, para Hegel es el<br />
conjunto de las fluctuaciones egoístas de la sociedad civil, esto es, lo que<br />
Hegel llama el «sistema de las necesidades». Por decirlo de un modo brutal,<br />
Hegel emplaza en el lugar de la naturaleza al mercado. Y, en oposición al<br />
caos de las relaciones económicas, coloca el orden regulador del Estado. 3<br />
Este es el gran teatro del mundo que los filósofos de la modernidad instalaron.<br />
Según afirma Hobbes en nuestra cita, los Estados no descansan tanto<br />
en la práctica material como en el andamiaje conceptual que sólo los filósofos<br />
(ostentadores del «método») burgueses (ostentadores del «ocio») pueden<br />
ensamblar. Pero los filósofos no crean a partir de la nada. Crean a partir<br />
de la materialidad que las tendencias teóricas y prácticas producen<br />
3 Hasta aquí podemos permitirnos el siguiente mapeo: en la interpretación cristiana de Platón<br />
el cambio (entendido como corrupción) acontece en la Tierra, mientras que la perfección está<br />
en el Cielo. Luego, Tomás de Aquino se deshace de esa mutabilidad terrena y coloca en su<br />
lugar un orden político natural, dado, o sea, perfecto en tanto invariable. La escuela<br />
iusnaturalista tracciona ese orden natural hasta convertirlo en instancia pre-política, esto es,<br />
en momento cuya tensión se orienta a la resolución en la instancia política de la sociedad<br />
civil, momento de realización plena del ciudadano. Finalmente, Hegel suprime el estado<br />
natural e instala allí la sociedad civil, pero sólo como momento de despliegue parcial del<br />
Espíritu que necesariamente arribará a la superación estatal, instancia política eminente.<br />
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