Libro Diálogos - Orquesta y Coro Nacionales de España - Ministerio ...
Libro Diálogos - Orquesta y Coro Nacionales de España - Ministerio ...
Libro Diálogos - Orquesta y Coro Nacionales de España - Ministerio ...
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
diálogos<br />
Cuando Kevin Bazzana dice que el lema <strong>de</strong> los menonitas a los que<br />
visitó Gould («En el mundo, pero no <strong>de</strong>l mundo») podía haber colgado<br />
<strong>de</strong> la puerta <strong>de</strong>l ático en que vivió tanto tiempo el músico, uno<br />
<strong>de</strong>be tomarse el lema con el humor <strong>de</strong> un psiquiatra o <strong>de</strong> un actor,<br />
y no con la solemnidad <strong>de</strong> un filósofo. A Gould no le hubiera molestado.<br />
Quizá todo buen bromista sea, como afirmó la antropóloga<br />
Mary Douglas, un «místico menor» (aunque, podríamos añadir,<br />
no todo místico sea un bromista mayor). Gould era, si se prefiere<br />
<strong>de</strong>cir así, un comediante iluminado y un visionario ridículo. Su<br />
i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l diálogo humano y su comprensión <strong>de</strong> la soledad y la vida<br />
en común resulta irrisoria cuando trata <strong>de</strong> ser profundo, y acaba<br />
resultando profunda don<strong>de</strong> podría parecer banal. En conjunto, su<br />
«<strong>de</strong>sventaja» como ser social acaba convirtiéndose en su mayor<br />
«gracia» como ser humano. A Gould se le ha calificado <strong>de</strong> «malogrado»,<br />
pero también <strong>de</strong> «ilusionista» 68 . Creo que la segunda calificación<br />
es más justa: en Gould todo es un montaje, y una simulación<br />
que el público goza, porque, aun conociendo parte <strong>de</strong>l truco,<br />
no se siente engañado.<br />
CBC que produjo el programa a Gould. Como escribe Ostwald, el punto culminante <strong>de</strong>l programa<br />
es Gould interpretando la «vuelta» <strong>de</strong> Horowitz para un concierto celebrado en una plataforma<br />
petrolífera en el Ártico. En un momento dado, un locutor llega a <strong>de</strong>cir que la famosa<br />
silla <strong>de</strong> Gould se la han llevado las olas por la borda, y que Gould toca <strong>de</strong> rodillas. Entonces el<br />
«público» no aguanta y se va, y a Gould sólo le aplau<strong>de</strong> una foca. Aparte <strong>de</strong> estas locuras, la<br />
música que se oye es interesantísima. Los programas <strong>de</strong> radio <strong>de</strong> Gould, todo sea dicho, fueron<br />
muy valorados como ars sonora por Richard Kostelanetz, y miembros <strong>de</strong> la radio alemana<br />
los consi<strong>de</strong>ran como algunos <strong>de</strong> los primeros ejemplos <strong>de</strong> lo que se llamó Neue Hörspiel. Es<br />
interesante constatar que la visión que tenía Gould <strong>de</strong> la radio chocaba con la <strong>de</strong> un compatriota<br />
suyo que cambió la forma <strong>de</strong> pensar las tecnologías <strong>de</strong> la comunicación. Véanse las referencias<br />
<strong>de</strong> Gould a Marshall McLuhan en Escritos críticos, y en Jonathan Cott, op. cit, p. 87.<br />
68 Jonathan Cott, op. cit., p. 74. Cuando Cott afirmó esto, también se dio cuenta <strong>de</strong> que un héroe<br />
predilecto <strong>de</strong> Gould fue el falsificador Han van Meegeren. Cott entendió, como pocas otras personas<br />
que trataron a Gould, que no sólo sus juegos <strong>de</strong> <strong>de</strong>sdoblamiento con personajes, sino la<br />
i<strong>de</strong>a misma <strong>de</strong> un artista en la era electrónica como «fabricante <strong>de</strong>sconocido <strong>de</strong> bienes no autentificados»,<br />
tenía que ver con ese artista al que Gould <strong>de</strong>dicó líneas y elogios en un ensayo extraordinario<br />
que no puedo examinar aquí «Las perspectivas <strong>de</strong> la grabación» (Escritos críticos, pp. 417<br />
y ss.; véase también Jonathan Cott, op. cit., p. 74).<br />
154<br />
|