Libro Diálogos - Orquesta y Coro Nacionales de España - Ministerio ...
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ana vian herrero | El diálogo renacentista español…<br />
imposibilidad <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificación entre los conceptos <strong>de</strong> Humanismo y<br />
Renacimiento que mostró, para el caso español, Domingo Ynduráin,<br />
obliga a recordar, una vez más, que ni todo el Renacimiento es neoplatónico<br />
ni tampoco se pue<strong>de</strong> fundir en un solo grupo a humanistas<br />
<strong>de</strong> muy distintas ten<strong>de</strong>ncias y escuelas <strong>de</strong> pensamiento: cada uno <strong>de</strong><br />
ellos podía mantener posiciones muy diferentes sobre la función <strong>de</strong> la<br />
voluntad o <strong>de</strong> la razón humanas, sobre las fuerzas <strong>de</strong>sestabilizadoras<br />
<strong>de</strong> Fortuna y Provi<strong>de</strong>ncia, sobre el valor <strong>de</strong> la vida activa o <strong>de</strong> la contemplativa,<br />
sobre el amor, la naturaleza <strong>de</strong>l hombre, la forma humana<br />
<strong>de</strong> conocer o la relación entre la enseñanza seglar y las preocupaciones<br />
religiosas. Pero lo que une a todos, por encima <strong>de</strong> divergencias,<br />
es el logro <strong>de</strong> la elocuencia, entendida como fusión armoniosa <strong>de</strong> sabiduría<br />
y estilo, en imitación <strong>de</strong> los mo<strong>de</strong>los clásicos y <strong>de</strong> la vida humana<br />
misma, alejada <strong>de</strong>l empleo <strong>de</strong> jergas específicas y abstractas,<br />
no comunicativas, <strong>de</strong> la escolástica tardía. Sabiduría y elocuencia tenían<br />
que marchar unidas, pues una elocuencia que no es nada más<br />
que retórica no tiene nada que <strong>de</strong>cir, y una sabiduría que olvida hablar<br />
carece <strong>de</strong> eficacia: hay que enseñar a hablar a los filósofos y enseñar<br />
a pensar a los oradores (Cicerón, De oratore III, 142, 3). La educación<br />
para las letras tenía que servir para la vida. La retórica proporcionaba<br />
a los humanistas mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> argumentación y análisis; les unía<br />
la fe <strong>de</strong>sbordante en el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la elocuencia, con un texto i<strong>de</strong>ntificador<br />
común: la Oratio Pro Archia <strong>de</strong> Cicerón. La oscuridad <strong>de</strong> los siglos<br />
medios, que era tópico <strong>de</strong>plorar, no nacía <strong>de</strong> creer que faltasen<br />
entre ellos hombres <strong>de</strong> talento que pusieron los cimientos <strong>de</strong>l pensamiento<br />
occi<strong>de</strong>ntal, a los que seguían <strong>de</strong>biendo el sustento <strong>de</strong> sus<br />
propias reflexiones, sino <strong>de</strong> haber <strong>de</strong>satendido a las artes <strong>de</strong> la elocuencia.<br />
El orador era por <strong>de</strong>finición e inclinación un no especialista y<br />
los humanistas tempranos no opusieron una nueva filosofía al sistema<br />
escolástico, sino que sólo se opusieron a la forma <strong>de</strong> su método,<br />
infundiendo en esos mismos valores un nuevo i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> objetivos <strong>de</strong><br />
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