BOLETIN Tomo LXVIII Núms. 277-278 Julio-diciembre
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POSESIONES 117<br />
Diego de Torres, por otro lado y casi en forma paralela, va reconstruyendo<br />
su vida en forma fragmentada, desde un pasado inmediato, hasta<br />
un presente estancado y signado por la miseria, la desgracia, y la nostalgia,<br />
hasta morir en Madrid un 5 de abril de 1590, a los 41 años de<br />
edad. Se abordaron temas como los objetivos de su legado en la vida<br />
nacional, la justificación de la intervención del rey en su caso en el<br />
plano jurídico y los delineamientos aportados por Juan de Castellanos,<br />
Oviedo y Baños, y por supuesto Juan Rodríguez Freyle.<br />
Diego de Torres y Moyachoque debe comprenderse como un personaje<br />
vital dentro de la historia colombiana. Tuvo la capacidad para enfrentar<br />
a los hombres de leyes y esto ocasionó un revuelo sin<br />
precedentes en la vida apacible de la colonia. Esta situación que trazó<br />
el Cacique de Turmequé en su tiempo, fue concebida como sentimiento,<br />
pensamiento, memoria y deber ser de un pueblo sometido provisionalmente<br />
al dominio de clases.<br />
El mestizaje y la confrontación que deviene de ultramar por las intrigas<br />
en el Nuevo Reino de Granada, ocasiona la atención del rey Felipe<br />
II, pero a pesar de su intervención en el caso de Diego de Torres, solo<br />
recibió un reconocimiento posterior, cuando pasaron dos reyes españoles<br />
más y él ya había fallecido. En este contexto se mueve la maraña<br />
del drama del Cacique de Turmequé y prevalecen todas las manifestaciones<br />
religiosas, ideológicas, filosóficas y éticas que corresponden a<br />
formas culturales resultantes de un ambiente global en la época de la<br />
colonia.<br />
Los oidores tenían que velar por el bienestar de la indiada y sus<br />
fines eran tarea propia de las instituciones jurisprudentes de la colonia<br />
y no de la corona española; solo en casos excepcionales, ponía el<br />
orden el rey, como máxima figura gubernamental. La intervención<br />
del Cacique de Turmequé se llevó a cabo en dimensiones fuera de su<br />
alcance. Corrió el riesgo de morir condenado injustamente, o sometido<br />
a cadena perpetua; todo esto por reclamar lo que por derecho le<br />
pertenecía.<br />
En este aspecto los oidores no cumplieron cabalmente con sus funciones;<br />
y los visitadores, esa suerte de jueces, se sumaron a la corrupción<br />
y a la injusticia por enriquecerse de una forma rápida a través de<br />
artimañas, cuyo único límite se vio marcado respecto a posiciones distintas<br />
de los enviados del rey español y aún opuestas en el marco de las<br />
leyes que regían entonces.