BOLETIN Tomo LXVIII Núms. 277-278 Julio-diciembre
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POSESIONES 129<br />
así que no quedaron sino ocho. Pero bautizar ocho elementos tampoco<br />
es tan difícil.<br />
También las personas se dedicaron a encontrar, en unos planos que<br />
se denominan eclípticos, cómo son las constelaciones, las agrupaciones<br />
de estrellas. Y las nombraron según la forma que les encontraran.<br />
Si les parecía que había un león, se bautizó como Leo; si les parecía<br />
que había unos peces, como Piscis; tampoco eran muchas las constelaciones<br />
y se pudieron bautizar rápidamente. Es decir, en principio, no<br />
había tanta problemática en el manejo de la información. Luego aparece<br />
un ejercicio muy interesante en los cráteres de la luna, que se inicia<br />
en 1961, cuando la Unión Astronómica Internacional decidió<br />
nominarlos. A la tierra llegan aproximadamente dos mil meteoritos diarios.<br />
Son absorbidos y destruidos por las capas de la atmósfera, unos<br />
pocos pasan. Como la mayor parte de la tierra es agua, van a los océanos.<br />
Los que caen en tierra pronto son cubiertos por la maleza.<br />
Pero la luna es diferente, como sabemos, está a 384 mil kilómetros<br />
de la Tierra. Es 80 mil veces más pequeña que la tierra, pero no tiene<br />
atmósfera, viento ni maleza. Los astrónomos identificaron 1517 cráteres<br />
y resolvieron bautizarlos en honor a filósofos, científicos, médicos,<br />
biólogos, físicos, químicos. O sea, existen los cráteres Platón, Aristóteles,<br />
Sócrates, Hipócrates, Galeno, Einstein, Newton. De Colombia existe el<br />
cráter Garavito, por <strong>Julio</strong> Garavito, nuestro gran astrónomo. Y resultó<br />
un ejercicio en el cual se combinó la eponimia con los accidentes<br />
selénicos, dando origen a algo que tiene un sentido atractivo y sencillo.<br />
¿Pero qué pasó? Aparecieron los telescopios y fueron dando información<br />
que no teníamos. No más el que utilizaba Galileo pasó de tres<br />
mil a seis mil astros, y eso que no tenía sino un diámetro de dos centímetros<br />
la lente. Los últimos de Puerto Rico tenían, desde hace diez<br />
años, 300 metros la lente; el de Rusia, 480; y acaban de inventar en<br />
China el macrotelescopio que tiene 500 metros de diámetro. Eso quiere<br />
decir que comienzan a aparecer decenas, centenas, miles, decenas<br />
de miles, centenares de miles, millones, decenas de millones, centenares<br />
de millones, miles de millones de astros.<br />
¿Así que quién va a bautizarlos?, ¿cómo hacer la comunicación para<br />
que se entiendan los científicos? Los asteroides, los planetas, los cometas,<br />
las estrellas, las galaxias tienen características especiales, pero son<br />
numerosísimos y no se ponen de acuerdo los científicos de cómo bautizarlos.<br />
¿Por qué? Porque interviene el factor humano: el descubridor,<br />
al igual que el padre o la madre con los hijos, tiene derecho de bautizar