BOLETIN Tomo LXVIII Núms. 277-278 Julio-diciembre
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POSESIONES 101<br />
nan centenares de vocablos de cada una de esas lenguas autóctonas<br />
en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Muchas<br />
de las palabras que son de uso familiar en América no son tan conocidas<br />
en España, pero con el paso del tiempo los habitantes de la Península<br />
se han ido familiarizando con ellas.<br />
Muchos indigenismos entraron a la lengua castellana como voces<br />
insustituibles, tal el caso de nombres relacionados con la flora y la fauna<br />
autóctonas que no tenían equivalentes en el idioma de los conquistadores.<br />
Pero otros vocablos, debieron competir con sus similares de la<br />
lengua romance, y en múltiples ocasiones no pudieron sobrevivir o<br />
quedaron reducidos a un área geográfica limitada. Otras voces como<br />
hicotea, guayo, caimán, piragua, han pervivido aunque su uso se ha<br />
reducido a las Antillas y a la gran región Caribe. En cambio carey, manatí,<br />
maraca, güiro, y muchas de las mencionadas atrás de ancestro<br />
amerindio, no sólo se quedaron en el léxico castellano sino que su<br />
utilización se ha extendido a todos los países de habla hispana. 40<br />
Queridos amigos: lo narrado hasta aquí es apenas un trecho de la<br />
fascinante historia de nuestra lengua contada en nuestro libro; el relato<br />
continúa con los aportes que hicieron las diferentes culturas indígenas<br />
al léxico español, las contribuciones de la Gramática y los<br />
diccionarios de Nebrija; luego van entrando en escena los místicos españoles,<br />
los escritores del Siglo de Oro desde Cervantes hasta Calderón<br />
de la Barca, los fenómenos literarios americanos de los siglos XVI y XVII<br />
y los del Siglo de la Ilustración, la Real Academia Española y la regulación<br />
de la lengua, el romanticismo con su rebeldía creativa y sus afeites<br />
estéticos. El ensayo concluye con un análisis de las obras de los más<br />
grandes filólogos americanos: Bello, Cuervo, Caro y Restrepo que, con<br />
sobrados méritos, simbolizan el aporte que el Nuevo Mundo le ha hecho<br />
a la lengua de Castilla. Por supuesto, es una terminación arbitraria<br />
porque la historia del español no tiene fin, como quiera que es una<br />
lengua viva que seguirá evolucionando sin cesar.<br />
Epílogo<br />
Lo que hasta aquí hemos escrito dista mucho de ser una antología<br />
exhaustiva de cultores insignes de la lengua castellana. Somos<br />
40 López Morales, Humberto, Op. cit. pp. 94-95.