BOLETIN Tomo LXVIII Núms. 277-278 Julio-diciembre
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BOLETÍN DE LA ACADEMIA COLOMBIANA<br />
fue gestando y cómo ha sido su desarrollo hasta su estado actual. De<br />
ahí que haya escogido como tema de mi intervención para este día<br />
memorable: “La formación de la lengua española y su evolución<br />
histórica”, título del libro de mi autoría que hoy entregamos a los miembros<br />
de esta Academia, y del cual he extraído las principales ideas que<br />
esbozaré a continuación.<br />
El don del pensamiento elevó al ser humano por encima de las demás<br />
criaturas del universo. Pero esa facultad de pensar estaría muy limitada<br />
si el ser racional no pudiera articular sonidos sincronizados con<br />
lo que piensa. El lenguaje como concepto es apenas una abstracción<br />
que existe en la mente de filósofos e historiadores. Lo que existe en la<br />
realidad son las lenguas, y las han utilizado todos los grupos humanos<br />
pequeños o grandes para entenderse, comunicarse y relacionarse. Una<br />
vez aprendida por una comunidad, la lengua permite acumular y trasmitir<br />
conocimientos, creencias y experiencias, y coloca a los pueblos en<br />
un continuo cultural que los liga con sus antepasados y los proyecta<br />
hacia el porvenir. Sólo a través de una lengua puede un pueblo tener<br />
una historia común y una identidad que lo distingue.<br />
Pero las lenguas no nacen en un día exacto como los seres humanos<br />
ni en un lugar concreto de la geografía. Son el producto de un proceso<br />
de formación que se va dando a través de la interrelación pacífica o violenta<br />
de unos pueblos con otros. Por eso es mejor decir que la lengua no<br />
nace sino que se hace; cada pueblo la va construyendo día a día y se<br />
convierte en algo vivo y dinámico que evoluciona según la cambiante<br />
realidad del pueblo que la habla. 1 Invasiones, migraciones, crecimiento<br />
poblacional y cambios en la tecnología y el desarrollo de las comunicaciones,<br />
van produciendo transformaciones en la fisonomía de las lenguas,<br />
y su distribución en el mundo se va modificando en la medida en<br />
que surgen nuevos centros de poder político y económico que ejercen<br />
dominio o influencia sobre otras áreas de la geografía universal.<br />
La Península Ibérica fue, desde tiempos inmemoriales, escenario de<br />
asentamientos, colonizaciones y conquistas que realizaron pueblos de<br />
las más diversas procedencias. Esa circunstancia convirtió a España en<br />
una encrucijada de culturas que, durante un largo período de su historia,<br />
no le permitió consolidar una identidad nacional con una lengua<br />
dominante. Sin embargo, ese anhelo finalmente se logró cuando una<br />
de las varias maneras de expresarse, derivada del latín vulgar, se impu-<br />
1 Nieto Viguera, Juan Ángel. Glosas Emilianenses. Edilesa, León, España, 2007, p. 11.