BOLETIN Tomo LXVIII Núms. 277-278 Julio-diciembre
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162 BOLETÍN DE LA ACADEMIA COLOMBIANA<br />
Entre los reconocimientos y distinciones otorgadas, vale la pena reseñar<br />
la medalla Pedro Justo Berrío de la Gobernación de Antioquia, el<br />
primer premio Oxford de Literatura Colombiana, el Premio de Literatura<br />
Latinoamericana y del Caribe, Gabriela Mistral y el accésit al Premio<br />
María Fulmen en Sevilla España.<br />
Todos estos logros han estado acompañados de un bajo continuo<br />
que, como en una pieza musical barroca, han marcado el ritmo y el<br />
tempo de su producción lírica, siempre fresca, limpia y clara como un<br />
cristal, pero fuerte y sonora como un diamante con la ductilidad del<br />
pedernal o de un mármol presto a ceder a la fuerza de su caudal creativo.<br />
Hace trece años, en la sala José María Vergara y Vergara, recibíamos<br />
como académica correspondiente a Guiomar en una noche de junio.<br />
En dicha ocasión el Secretario perpetuo de la Corporación, don Ignacio<br />
Chaves Cuevas, pronunciaba las palabras de recibimiento.<br />
En su valoración de la obra de Guiomar acotó: “Guiomar se enfrenta<br />
al lenguaje, a la creatividad intelectual, porque es dueña de lo mítico<br />
como del juego del amor, y por supuesto, capaz de defenderlo todo y<br />
sobreponerse al tiempo y a la sociedad. Su lírica nace del alma, su creación<br />
se mide en la lucidez de la intención y una ejecución poética puesta<br />
en movimiento en la estructura estilística del verso que no se ata a una<br />
determinada regla métrica para liberar su rima; la temática de su antología<br />
está en el marco de la sensibilidad poética, en la fantasía, en la<br />
atención a la emoción.” (Chaves Cuevas, 2004)<br />
El discurso de ocasión que acompañó esta velada académica estuvo<br />
enmarcado por las figuras entrañables de don Antonio Machado y de<br />
doña Pilar de Valderrama (Guiomar), quienes, en un dúo poético, plasmaron<br />
el encuentro en Segovia de dos voces fundamentales para la<br />
comprensión de una generación que determinó una nueva mirada de<br />
la hispanidad. En este discurso, no solo percibimos la reivindicación de<br />
la voz autónoma y valiosa de doña Pilar, sino la disciplina académica e<br />
investigadora de Guiomar al brindar datos fehacientes del epistolario<br />
entre los poetas y, sobre todo, de la producción lírica de quien Machado<br />
afirmara: Porque tú eres – no lo dudes – el gran amor de mi vida.<br />
El reclamo, en este discurso magnífico, de que la producción de Pilar<br />
tenía vida propia y merecía un estudio académico y pleno que superara<br />
el de su relación amorosa con Machado, sigue sin tener una<br />
respuesta a la altura de su estilo poético único y particular.