BOLETIN Tomo LXVIII Núms. 277-278 Julio-diciembre
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BOLETÍN DE LA ACADEMIA COLOMBIANA<br />
Poner en contacto directo a nuestros contemporáneos<br />
con Aristóteles, esto es, dar a las páginas<br />
traducidas del viejo maestro todo el trato<br />
que facilite, en el castellano de hoy, el acceso y<br />
la asimilación, es ardua empresa. Para ello debe<br />
rejuvenecerse, o reconstruirse o inventarse parte<br />
del vocabulario, que responda lo más posible<br />
al del original, que tenga resonancia idéntica<br />
de términos políticos y jurídicos propios, que<br />
reanimen el fuego dormido de un pensamiento<br />
inmortal.<br />
Por eso el padre Briceño conserva muchos términos<br />
del pasado, tal como los empleó Aristóteles, con la aclaración<br />
indispensable en notas de pie de página.<br />
Final<br />
El padre Briceño falleció en Madrid, víctima de un fulminante infarto,<br />
el miércoles 28 de octubre de 1992, mientras asistía, como Director<br />
de la Academia Colombiana de la Lengua y en representación del Instituto<br />
Caro y Cuervo, a las conmemoraciones del V Centenario de la<br />
Gramática de Nebrija (primera gramática de una lengua moderna, publicada,<br />
como es bien sabido, semanas antes del Descubrimiento de<br />
América).<br />
Retomamos nuevamente a don Guillermo Ruiz Lara, quien nos<br />
dice: “La muerte del padre Briceño en Madrid, corazón de España,<br />
cuando representaba a esta corporación y al Instituto Caro y Cuervo<br />
en un Congreso de académicos y filólogos con motivo de la celebración<br />
del Quinto Centenario del primer estudio científico de la lengua<br />
castellana, suscita profundas reflexiones. Cayó sobre el surco<br />
de su actividad personal e institucional, sicut bonus miles, como un<br />
buen soldado, en un encuentro histórico en el que su presencia le<br />
hacía ver a la hispanidad que no ha declinado aún el prestigio intelectual<br />
de Colombia que en la pasada centuria ganaron nuestros<br />
clásicos, porque él llevaba a ese certamen, con la sencillez y la modestia<br />
de su continente habitual, la representación de esta Corporación<br />
venerable, y la del Instituto que mantiene la lámpara votiva del<br />
culto al idioma como centinela de sus valores culturales” (Ruiz Lara,<br />
1992).