BOLETIN Tomo LXVIII Núms. 277-278 Julio-diciembre
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CRÓNICA DE LA ACADEMIA 181<br />
Don Ernesto Solís García, bisnieto de doña Amelia y nieto de doña<br />
Julia Espinosa Denis de García, en su escrito: “Visión Auténtica de Amelia<br />
Denis de Icaza”, transcribió el “testimonio familiar verbal directo, de lo<br />
que oí y supe por boca de su hija Julia, mi abuela”.<br />
Afirmó don Ernesto: “Poco después del 3 de Noviembre de 1903 en<br />
que nuestra patria recuperó la independencia que había proclamado<br />
el 28 de Noviembre de 1821, pero que postergó por lealtad al ideal<br />
unificador de Bolívar, al integrarse por decisión propia en la Gran Colombia,<br />
la hija de la poetisa, doña Julia Ramírez de García, abuela de<br />
quien estas líneas escribe, se trasladó a Nicaragua para visitar a su madre<br />
y a su hermana Mercedes”.<br />
“Una vez allí, doña Amelia, ávida de noticias sobre Panamá, pidió a<br />
su hija que le relatara en detalle lo acontecido el día 3 de Noviembre y<br />
le dijera cuál era la situación real después de aquella fecha.<br />
“A la pregunta clásica y escueta” –Dime hija, “¿cómo está mi tierra?–<br />
surgió la respuesta cauta de la hija”.<br />
“Mamá, por el Tratado del Canal con los Estados Unidos, existe ahora<br />
una concesión territorial…”.<br />
“Como movida por un rayo, saltó de inmediato doña Amelia: “¿Entonces,<br />
parte de nuestro suelo ya no es panameño...?, entonces… ¿El<br />
cerro Ancón está en manos extrañas...?.<br />
“La triste afirmativa fue un golpe al corazón de aquella mujer. Esa<br />
noche volcó en los trazos de su pluma lo que le dictaba su amor herido<br />
de panameña”.<br />
“A la mañana siguiente, sus hijas Julia y Mercedes descubrieron entre<br />
papeles medio estrujados, las estrofas inmortales que nacían de un<br />
alma para la cual resultaba inadmisible mediatizar el concepto de patria<br />
y de dignidad”.<br />
“A su regreso a Panamá, mi abuela Julia trajo consigo la poesía “Al<br />
Cerro Ancón”. Don Gervasio García, esposo de mi abuelita Julia, se la<br />
llevó al insigne literato don Guillermo Andreve Icaza, quien la publicó<br />
en su Revista Literaria Ilustrada, “El Heraldo del Istmo”, el viernes 30 de<br />
Marzo de 1906”.