BOLETIN Tomo LXVIII Núms. 277-278 Julio-diciembre
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
98<br />
BOLETÍN DE LA ACADEMIA COLOMBIANA<br />
predecesora de todas las Celestinas que habrían de aparecer a lo largo<br />
de la literatura española.<br />
La métrica que utiliza Juan Ruíz es la de la cuaderna vía, pero<br />
entremezclada con estrofas de diez y seis versos y algunos zejeles.<br />
En el transcurso de la narración van apareciendo fábulas y apólogos,<br />
composiciones líricas y serranillas, himnos religiosos y parodias de<br />
cantares de gesta, todo lo cual convierte el texto en un mosaico de<br />
tonalidades que van de lo espiritual a lo profano y de lo serio a lo<br />
jocoso.<br />
Al final del siglo XIV y comienzos del XV se observa una fuerte tendencia<br />
al uso de cultismos, especialmente de la lengua latina. Simultáneamente<br />
con esa tendencia va surgiendo en España un modelo de<br />
literatura que imita los relatos alegóricos que caracterizan a los poemas<br />
italianos que comenzaban a tener gran renombre en España: la<br />
Divina Comedia de Dante, los Triunfos de Petrarca y las Caídas de Príncipes<br />
de Bocaccio. Los exponentes más significativos de esa nueva orientación<br />
fueron, además del Arcipreste de Talavera, don Enrique de Villena,<br />
Iñigo López de Mendoza, más conocido como el Marqués de Santillana,<br />
y don Juan de Mena.<br />
Bien educados y nacidos en el seno de familias ilustres, estos intelectuales<br />
de la literatura castellana sentían no sólo admiración sino<br />
veneración por las obras de la antigüedad clásica hasta el punto de<br />
llegar a considerar la Ilíada y a la Eneida como “sanctas e seráphicas<br />
obras”. Este culto reverencial los llevó a trasplantar términos y usos<br />
sintácticos de la lengua latina al romance castellano porque consideraban<br />
que en la lengua humilde que hablaba la gente no encontraban<br />
las palabras para expresar lo que querían decir. Juan de Mena, por ejemplo,<br />
confesaba que: “Non fallaban equivalentes vocablos para exprimir<br />
los angélicos concebimientos virgilianos”. En el afán de escribir como<br />
lo hacían los autores de la antigüedad trasplantaron al romance términos<br />
y formas sintácticas que en algunos casos resultaban extrañas a la<br />
estructura lingüística del español.<br />
Durante el reinado de los reyes católicos, Fernando e Isabel, se le<br />
siguió dando una gran importancia a la cultura clásica, pero los escritores<br />
más notables de esta época tuvieron más conciencia que los<br />
prerrenacentistas sobre la importancia de la lengua romance y no pretendieron,<br />
como ellos, alterarla en el afán de remedar a la latina sino<br />
darle un sello propio.