BOLETIN Tomo LXVIII Núms. 277-278 Julio-diciembre
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POSESIONES<br />
87<br />
Durante el siglo primero de nuestra era se produjo un hecho de trascendental<br />
importancia: la introducción del cristianismo a la Península<br />
Ibérica. Ese hecho contribuyó de manera eficaz a difundir la lengua<br />
latina en todo el territorio peninsular, porque los evangelizadores necesitaban<br />
que la gente entendiera la doctrina que se proponían<br />
divulgar. 15<br />
Pero a partir del siglo III Roma ya no era la misma; se advertían signos<br />
de decadencia en el Imperio que poco a poco se iba resquebrajando.<br />
No se cuidaban las fronteras de las provincias con el mismo celo y<br />
eficiencia militar de antes, oportunidad que aprovecharon las tribus<br />
bárbaras para incursionar en Italia por el norte y en Hispania por el<br />
nororiente. En el año 416, los visigodos, unas tribus de origen germánico,<br />
invadieron la Galia y se instalaron inicialmente en Tolosa (Francia)<br />
y posteriormente en Toledo.<br />
En aras de la brevedad nos vemos obligados a resumir lo relacionado<br />
con la influencia visigótica y arábica. Simplemente diremos que<br />
el aporte visigodo a la cultura hispánica fue modesto, mientras el legado<br />
de los árabes en el campo de las letras, de las ciencias y de la<br />
lengua fue enorme. Baste señalar que por lo menos cuatro mil palabras<br />
de nuestro idioma tienen ancestro árabe. Sin embargo, aunque<br />
los sustantivos de ese origen son abundantes, los verbos no lo son<br />
(apenas siete, poco usados en la actualidad) 16 , escasos los adjetivos y<br />
adverbios y sólo una preposición, “hasta”, lo que indica que si bien la<br />
influencia árabe fue amplia no logró alterar la estructura de la lengua<br />
romance. 17 La valiosa contribución de esta raza fuerte que reinó durante<br />
ocho centurias se puede leer en el libro al que atrás hicimos<br />
referencia.<br />
Pero en el ambiente de la Península ibérica era muy difícil que se<br />
pudiera mantener el dominio musulmán. Razones políticas y religiosas<br />
se oponían con tenacidad a los dominadores. La Reconquista que se<br />
había estado fraguando en los reinos cristianos del norte se tornaba<br />
cada vez más vigorosa a pesar de las luchas intestinas que desplazaban<br />
el poder político de una región a otra en la parte septentrional de la<br />
15 Lapesa, R. Ibidem, p. 66.<br />
16 Alardear, alborozar, arrear, azotar, gandulear, haraganear y acicalar, quizá el más<br />
usado en la actualidad.<br />
17 «La extraordinaria riqueza de nuestros arabismos». Centro Virtual Cervantes. Consultado<br />
el 30 de <strong>diciembre</strong> de 2016, a las 11:42 a.m.